Las mentiras pueden ser efectivas por un corto tiempo; cuando la intuición o la percepción se imponen como verdad y más si se trata de la seguridad patrimonial y personal.

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la “Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana”, que arrojaron que más de la mitad de la población que vive en ciudades en México se siente insegura.

Temor a ser víctimas de algún delito, ser testigos de conductas delictivas o antisociales, acoso e incluso cambios en la rutina por temor a ser parte de las estadísticas fueron los datos que arrojó la encuesta.

El documento midió el desempeño de las autoridades como las policías preventiva municipal y estatal, la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, éstas últimas instituciones han hecho de todo menos contener la ola de violencia que se vive en diferentes puntos del país porque la orden es hacer absolutamente nada, a pesar de ser asignados a la seguridad pública y sobre su naturaleza que es proteger la soberanía nacional en contra de enemigos externos.

Mientras la inmovilización ocurre la violencia desbordada que se vive en diversos estados del país ofrece escenas como policías colgados de los puentes, la existencia de narco fosas, enfrentamientos entre bandas rivales, la detención de elementos de la Guardia Nacional y humillaciones públicas por pobladores (o delincuentes) hacia el Ejército mexicano. La estrategia de seguridad implementada desde el Gobierno de México parece que no cambiará y continuará fundamentalmente la idea de la conciliación a través de “abrazos no balazos”.

En tanto esto sucede y al margen de los discursos siempre pacificadores, el 66.6 por ciento de los mexicanos mayores de 18 años se siente inseguro. Fresnillo, Cancún, Ecatepec de Morelos, Coatzacoalcos, Naucalpan de Juárez y Tonalá tienen las tasas más elevadas del país con 96.2, 88.7, 87.7, 86.9, 86.7 y 86.1 por ciento, respectivamente, de acuerdo con los resultados del mes de junio de este año.

La ciudad de Puebla tampoco se salva de la mala percepción, ya que el 79.2 por ciento de sus habitantes percibe el lugar donde vive como inseguro, y también ha tenido que cambiar sus hábitos para enfrentar el miedo a ser víctima de algún delito.

La percepción de inseguridad se ha mantenido fluctuante desde 2013 y no ha bajado del 50 por ciento en promedio; sin embargo, mientras en sexenios anteriores había estrategias de combate contra la inseguridad, en este no existe un plan más que la pacificación del país, estableciendo a los agentes encargados del orden no defenderse ante los ataques civiles, permitiendo entonces que cualquiera no solo rompa la Ley sin temor a ser detenido sino mancillar a los elementos de seguridad pública, con lo que eso implica: destruir en el imaginario colectivo la idea de que existen y sirven para un propósito.

@MaritzaMena7

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