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Dos poblanos, un registro

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que dos políticos de la entidad que están metidos de lleno en mantener el registro de sus respectivos partidos políticos, ambos de nueva creación, son Fernando Manzanilla Prieto y Gerardo Islas Maldonado.

El primero es diputado federal y vicecoordinador del grupo parlamentario del Partido Encuentro Social —hoy Encuentro Solidario (PES)— en la Cámara Baja, Fernando Manzanilla Prieto, quien en este proceso buscó la reelección, pero como candidato de representación proporcional como en número 1 de la lista por la cuarta circunscripción, que comprende a los estados de Puebla, Tlaxcala, Morelos, Guerrero y la Ciudad de México.

El segundo es el empresario y diputado local con licencia, Ángel Gerardo Islas Maldonado, quien actualmente es el dirigente nacional del Partido Fuerza por México, es decir el operador electoral de Pedro Haces Barba, secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México.

El PES de Fernando Manzanilla obtuvo 1 millón 352 mil 544 votos en los cómputos distritales, que equivalen al 2.75% de la votación efectiva. Para mantener su registro nacional, este instituto requiere unos 120 mil sufragios.

La situación de FxM es todavía más complicada, pues el partido rosa computó 1 millón 211 mil 824 votos, que representan el 2.47%. Para salvarse y conservar su registro el partido de Islas Maldonado necesita más de 200 mil sufragios en todo el país.

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¿De parte de quién?

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que en el centro de operaciones del presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, se tiene la certeza de que los autores intelectuales de la falsa encuesta telefónica que circuló el lunes entre militantes del PAN despachan en el Comité Directivo Estatal de ese partido y que el ejercicio de descalificación está enmarcado en la lucha por el control de la dirigencia.

Claudia Rivera Vivanco y Genoveva Huerta Villegas son las principales sospechosas de haber movido los hilos para desacreditar al edil electo y al gobernador Miguel Barbosa con la aplicación de una presunta encuesta que en las preguntas da por sentado que hubo un pacto político entre los dos personajes para beneficiar electoralmente al primero.

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En el ámbito nacional, el PRD poblano fue de los mejores

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que hay dos lecturas para apreciar el rendimiento electoral del PRD en los comicios del 6 de junio: en el ámbito local, quedo en el quinto lugar en la lucha por los ayuntamientos y no logró ninguna diputación, lo que pareciera ser una fuerte derrota. Sin embargo, en el contexto nacional el perredismo poblano es el que tiene los mejores resultados, al haber conservado el registro local, ganar importantes municipios y no haber perdido el índice de votación con relación a la contienda de 2018.

Y es que en la mayor parte del país el PRD tuvo resultados catastróficos, pues en la mitad de los estados obtuvo votaciones por abajo del 3 por ciento, que es el mínimo para tener prerrogativas locales para el financiamiento del partido. Sin contar que en varias entidades no ganó absolutamente nada, ni ayuntamientos ni legisladores.

Se dice que hace algunos días, al hacerse una evaluación en la dirección nacional del PRD, cuando se comunicó los números y la situación política que guarda el partido en Puebla, la respuesta fue tajante:

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Tiempos idos

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que los acuerdos políticos con la oposición, en la era morenovallista eran muy “especiales”.

El entonces gobernador Rafael Moreno Valle, una vez alcanzado su propósito de sentarse con sus adversarios políticos aplicaba tres fórmulas.

La primera era la de la perinola: cuando lanzaba siempre le tocaba “toma todo” y sus opositores cargaban con el “pierde todo”. Él se encargaba personalmente del tema.

La segunda era su favorita: por las buenas, bien; por las malas, mejor. Aquí empleaba los oficios de Luis Maldonado Venegas.

Y la tercera ya escalaba la fórmula de las “E”: encierro o exilio. Para ello enviaba a su operador Eukid Castañón.

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Guerrero venció a “la guerrera”

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que la salida de Irma Eréndira Sandoval de la Secretaría de la Función Pública, debe verse bajo el crisol del proceso interno de Morena para elegir al candidato a la gubernatura de Guerrero.

Quien en su momento fue considerada como parte importante del círculo íntimo del presidente López Obrador, simplemente no pudo asimilar la imposición de los Salgado Macedonio en ese estado.

Daba por hecho que la posición estaba reservada para su hermano, Pablo Amílcar Sandoval, quien se vendía como el heredero de una tradición de décadas de lucha social en Guerrero, que encabezó en su momento su padre, Pablo Sandoval.

Y ante su enojo, optó por la rebeldía, no la institucionalidad, requisito indispensable para seguir formando parte de las huestes lópez-obradoristas.

Grave error.

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Y todo por una estúpida pregunta

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que en unos días más, los mexicanos seremos convocados nuevamente a las urnas, pero a diferencia de la importancia que tienen las elecciones y nuestra voz al seleccionar a nuestros representantes, esta vez el llamado será sólo para aumentar el ego del tlatoani de Palacio Nacional, ese que últimamente ha criticado a la clase media y a todos aquellos que tienen la maldita costumbre de aspirar a progresar.

El domingo 1 de agosto, Morena y sus huestes tratarán de que al menos 40 por ciento de los mexicanos inscritos en el padrón electoral salgan de sus casas para responder algo que está lleno de ambigüedades, una pregunta tan ociosa que al final no sirve para absolutamente nada.

En la famosa “consulta ciudadana” se violarán, entre otros, los principios jurídicos, pero para el de Macuspana la máxima de que la justicia no se consulta.

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