El gobierno estatal ya concluyó la auditoría en los museos luego de las irregularidades detectadas, en el que se observó que de 300 millones de pesos que se etiquetaron para comprar acervo para el MIB, sólo se gastaron 30 millones y el resto se desconoce en qué se usó.
En rueda de prensa, el gobernador Miguel Barbosa Huerta indicó que los detalles serán dados a conocer el siguiente martes, ya que igual se hizo un inventario de todas las piezas que se tienen recintos, como “nunca se había hecho”.
El mandatario manifestó que esta revisión estuvo a cargo del secretario de Cultura (SC), Sergio Vergara Berdejo y la de la Función Pública (SFP), Amanda Gómez Nava con quienes se reunió este martes por la mañana para ver los resultados.
Manifestó que por primera vez se darán a conocer dichos datos, ya que en anteriores administraciones se tuvo un descuido “enorme” en los museos, por lo que su gobierno tomará más acciones correspondientes para garantizar su cuidado.
“Ya se concluyó y hay hallazgos importantes que daremos a conocer el siguiente martes esta es la primera parte de una ruta, que es hacer el inventario de las piezas que hay en los museos por primera vez va a ver la información exacta, los vamos a sorprender”, asentó.
“Fraudesote” en el MIB, afirma
Asimismo, indicó que se informará del “fraudesote” en el Museo Internacional del Barroco (MIB) donde se pidieron 300 millones de pesos para comprar acervo, y solo se gastó 30 millones, su que se sepa en que se utilizó el demás recurso.
Barbosa Huerta refirió que igual se dará a conocer el número de piezas faltantes que se tienen en los recintos, toda vez que la investigación inició desde principios de marzo, no sólo a los museos, sino igual a la Biblioteca Palafoxiana.
Es necesario precisar que en el caso del MIB en un principio se detectó que las bodegas se localizaron piezas en el piso, algunas las de la colección del Museo José Luis Bello y González, Casa de Alfeñique y San Pedro Museo de Arte, sin listas de identificación y aún embaladas en plástico burbuja.
Además de que se adquirieron obras de arte sobrevaluadas de una “casa de antigüedades” inexistente, entre ellos un comedor que se catalogó en 60 millones de pesos, pero cuyo valor real no excede los 4 millones.
