¿Qué tan probable es que te quedes dormido bajo las siguientes situaciones?
1. Sentado leyendo
2. Viendo televisión
3. Sentado inactivo en un lugar público (teatro o en una junta)
4. Como pasajero en un automóvil en movimiento por una hora
5. Acostado para descansar en la tarde si las circunstancias lo permiten
6. Sentado hablando con alguien
7. Sentado de manera silenciosa después de consumir alimentos sin haber ingerido alcohol
8. En un automóvil que se detiene por el tránsito durante pocos minutos
Si tu respuesta es “Muy probablemente” en la mayoría de estos eventos, quizá deberías consultar a tu médico, pues tener somnolencia diurna de manera constante puede ser un indicativo de que tu calidad de sueño se encuentra disminuida. Hasta la fecha este pequeño cuestionario, denominado “Escala de Epworth” es una de las principales pruebas de referencia para determinar el grado de somnolencia. Las causas de sensación de sueño son diversas, desde factores que pueden corregirse, como una mala higiene del sueño, hasta factores fisiopatológicos como ronquidos, apnea de sueño, movimiento periódico de piernas durante el sueño, insomnio, u otras alteraciones que afectan del ciclo del sueño.
En las últimas décadas se está intentado destacar y dar a conocer la importancia de un buen dormir, es por ello que la Comisión del Día Mundial del Sueño de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), desde el año 2008 ha instaurado el día 19 de marzo como el día mundial del sueño, y este año, en su 14va edición lo celebra con el lema “Sueño regular, futuro saludable”.
Este lema nos permite recordar y hacer notar que el sueño es un proceso tan necesario para los seres humanos de todas las edades, tanto así que, incluso invertimos un tercio de nuestra vida en este, pues nos ayuda a lograr un equilibrio físico y psicológico necesario para favorecer nuestros procesos de atención, memoria y emociones, y que al estar alterado, puede derivar en enfermedades metabólicas como la diabetes, hipertensión y obesidad.
Por otra parte, ciertas alteraciones neurológicas pueden presentarse en conjunto con trastornos del sueño, como es el caso de la depresión o ansiedad que se asocian con insomnio. O en el caso de la enfermedad de Parkinson que se asocia a la presencia de parasomnias (despertares breves, sonambulismo) que se presentan incluso antes de que aparezcan los típicos síntomas motores de Parkinson.
Es por ello, que debemos estar alertas a cualquier cambio que ocurra en nuestro sueño, acudir a un especialista, como un neurólogo, psicólogo, psiquiatra e incluso otorrinolaringólogo, para que mediante un estudio minucioso del sueño se pueda determinar la causa y así evitar todas las consecuencias negativas en nuestra salud por el mal dormir.
*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.
