Karina Pérez, como anillo al dedo la emergencia sanitaria
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que algo raro ocurre con las compras de bienes y productos que el ayuntamiento de Karina Pérez Popoca ha realizado para atender la emergencia sanitaria y económica provocada por el Covid, a la cual ha destinado unos 150 millones de presupuesto de San Andrés Cholula.
Como sucede con el gobierno del estado, esas compras de bienes y servicios son opacas, no se sabe a quién se le compra, en cuánto, ni los costos unitarios de los productos y artículos que se adquieren.
Sin embargo, han comenzado a filtrarse algunos documentos, como órdenes de pago y facturas de proveedores, que revelan que el ayuntamiento de Pérez Popoca compra caro, por no decir con sobreprecio, y a empresas de dudosa procedencia.
Una de estas empresas es Catering y Eventos CTL, la cual ha surtido a la administración municipal de diversos productos, como sopas, gelatinas, latas de atún y chiles jalapeños, aceites de cocina, pan, azúcar, frijol y arroz, con los cuales se arman despensas que supuestamente valen 400 pesos, pero el ayuntamiento de Karina vende en 200 pesos para supuestamente apoyar la economía de las familias cholultecas afectadas por la pandemia.
Catering y Eventos CTL no es empresa de abarrotes, sino una persona física que responde al nombre de Carolina Techalote Pérez, que en realidad se dedica a la organización de banquetes, es decir a dar el servicio de preparación de alimentos para fiestas, pero que en el gobierno de Pérez Popoca ha encontrado un filón como proveedor de productos de primera necesidad.
La BUAP rompe el pacto
Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla rompe el pacto del patriarcado rectoral.
Y en este año se podría registrar por vez primera en la historia universitaria poblana que una mujer dirija a la máxima casa de estudios de Puebla.
Se llama Lilia y se apellida Cedillo Ramírez, el nombre de la académica y doctora que ha empezado a aglutinar respaldos importantes al interior de la institución para convertirse en el relevo de Alfonso Esparza Ortiz.
No se vayan a equivocar, porque seguro saldrán más nombres, incluso de otras mujeres, pero lo cierto es que académicos, profesores y universitarios empiezan a hacer suyo el perfil de Cedillo para ser la próxima rectora de la BUAP.
Interesante será ver la forma en la que la familia Vélez resuelve la disputa para definir quién encabeza a la oposición, pues está claro que se anotarán Guadalupe Grajales y Porras, actual secretaria general; y Francisco Vélez Pliego, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”.
Las mujeres y el 2021
Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que más de treinta y tres millones de mexicanos, llevamos a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República.
Según la información dada a conocer a través de encuestas de salida realizadas por empresas que llevaron a cabo estos ejercicios, 49% del total fueron votos de mujeres.
Algo así como 16.2 millones.
Mujeres que confiaron en el candidato presidencial por diversas razones: hartazgo de los gobiernos anteriores, sus promesas de honestidad y combate a la corrupción, una supuesta mejora en su realidad económica y social y sin duda, porque en teoría atendería la complicada problemática que enfrenta la mujer mexicana.
Abusos, violencia, discriminación y sobre todo, el asesinato por su condición de género.
La lucha que no entiende el ciego de Palacio
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que ¿En qué momento nos perdimos?, ¿En dónde se extraviaron los pañuelos verdes que exigen la despenalización del aborto en Puebla, o las prendas moradas con las que se ruega porque nunca más los feminicidios sean la nota cotidiana?
Las manifestaciones que ayer vivimos estuvieron impregnadas de dos componentes que buscan a toda costa desdibujarlas, diluir las legítimas exigencias, ocultar la impunidad, revictimización e indolencia que cada día enfrentan las mujeres.
Por un lado, políticos y políticas lo mismo se cuelgan del 8-M para presumir que dan espacios a ellas –hecho que no es una concesión-, que se vuelven activistas de un solo día, de una sola foto.
Por el otro las pintas y las quemas terminan por ser mucho más difundidas que las causas de la legítima manifestación.
Con las acciones violentas, que como dije, bien pueden tratarse de infiltraciones, las que realmente pierden son las mujeres, las que año con año salen a las calles a reclamar por la impunidad, por los abusos en su contra, por el acoso que viven en casa, en el transporte público, en el día a día.
