Alumnas de la BUAP, acompañadas de diputados federales, acusaron en San Lázaro presuntos hostigamientos por parte de la universidad, en forma de trabas escolares, como represalia por formar parte de organizaciones estudiantiles críticas de la institución.
Así lo denunciaron las estudiantes de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Brenda Paola Cabello Mendoza y Paola Duarte Ramírez, junto con el legislador de Morena por Puebla, Alejandro Carvajal Hidalgo, y su símil de Coahuila, Diego del Bosque Villareal.
En conferencia, desde la sala de prensa de la cámara, Cabello Mendoza acusó “persecución” en contra de organizaciones de alumnos, como sería el caso del Movimiento Estudiantil Espartaco, en el cual milita y es crítico del actual rector Alfonso Esparza Ortiz.
“No es ningún secreto que en la universidad prevalece un ambiente de persecución y hostigamiento en contra de los estudiantes que decidimos organizarnos de manera democrática y crítica”, declaró.
Relató que, en su caso, fue expulsada de la maestría a menos de dos meses de haber ingresado, luego de que se le negara una prórroga para entregar su documentación, así como el caso de siete egresados de Ciencias Políticas, a quienes se les cobra una colegiatura –fuera del reglamento universitario— para titularse.
Por su parte, Carvajal Hidalgo calificó ambos casos como “practicas intimidatorias” e incluso señaló que son de “control” por parte de las universidades, las cuales -dijo- se han convertido en un “coto de poder”.
“Hay un clima desde hace muchos años privatizador en la universidad, no es crítica, no es popular y no es democrática: cualquier tema de organización social o de derechos es reprimido mediante prácticas intimidatorias, como es el caso, negarle el acceso a la maestría a una estudiante”.
En otro tema, horas antes de su votación, Duarte Ramírez acusó que la iniciativa de la Ley General de Educación Superior (LGES) tendría un carácter privatizador, siendo que da facultades a las universidades a que impongan requisitos de admisión a los alumnos, lo cual deriva en la exclusión de la educación.
La alumna expuso que el proyecto permite que las instituciones pongan “sus propios filtros de ingresos”, lo cual agrava que cada organismo imponga sus cuotas para colegiaturas, exámenes de admisión e inscripciones.
