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Para muchos gobiernos, los ambulantes son un dolor de cabeza porque ensucian y afean los centros históricos, denotan que hay desempleo, le compiten al comercio establecido, es difícil cobrarles cuotas económicas y son menos obedientes del gobierno, porque nunca obedecerás a quien te maltrata. El ambulantaje es producto de una economía en debacle, que tiene un problema básico: no puede darle empleo a todos los que quieren trabajar. Vivir de ambulante es muy duro: es no tener un salario fijo y ser pobre y, a veces, miserable. Es trabajar de sol a sol esperando ganar algo para llevar comida a tu casa. Es trabajar bajo el temor de los abusos y la represión del gobierno. Ser ambulante, en tiempos de crisis económica, sanitaria y fascismo, es mortal.

Eso sucede en la capital de Puebla. El secretario del ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, denunciará ante la Fiscalía General del Estado de Puebla a 75 comerciantes ambulantes. Entre ellos al líder del comercio ambulante del Movimiento Antorchista, Francisco Machorro, por “resistencia de particulares, lesiones, robo, amenazas, asociación delictuosa y manejar grupo de choque”. Muy bien. Eso dice René Sánchez. ¿Y las pruebas del robo, la asociación delictuosa, etcétera? ¡Nadie las conoce! ¡Ni el propio secretario! Mucha prensa poblana publicitó, como un triunfo del morenismo, las declaraciones del Secretario de Gobernación, pero nadie le pidió una sola prueba de sus afirmaciones. “Estaremos presentando -dijo- una denuncia penal en contra de este administrador de Antorcha Campesina que se puede apreciar en los videos que, una vez que ya no existe un operativo y sin contar con la fuerza pública impidiendo riñas, agresiones, sí se creen muy valientes y entonces ellos empiezan a acosar al personal de Gobernación”. Hasta aquí sus palabras.

René Sánchez Galindo sostiene que tiene en su poder un video en el que se aprecia que los comerciantes “acosan al personal de Gobernación”, quienes, atemorizados, fueron a llorar a sus oficinas. Acosar quiere decir “perseguir, sin darle tregua ni reposo, a una persona”. O sea que el personal de Gobernación de la capital se sintió perseguido por el ambulantaje. Pero esto es completamente falso y una prueba basta: el personal de Gobernación expulsó a los ambulantes del Centro Histórico, que era en donde vendían bajo un acuerdo con el Gobierno estatal. Así, las cosas fueron diferentes: los perseguidos, injuriados y retirados, por los funcionarios y por la policía, fueron los ambulantes.

René Sánchez no se detuvo ahí. En su cólera contra los comerciantes se fue de la lengua y sostuvo que la denuncia contra Francisco Machorro va también por los delitos de “resistencia de particulares, lesiones, robo, amenazas, asociación delictuosa y manejar grupos de choques”. Y volvemos a preguntarle: ¿Y cuáles son las pruebas con las que usted acusa de tantos delitos al líder antorchista? ¿En qué video aparecen semejantes crímenes? ¿No será que inventa delitos? ¿No será que busca criminalizar a los ambulantes para quedar bien con los empresarios? El funcionario de Morena es incapaz de probar los supuestos delitos porque ¡no existen!

René Sánchez sigue la ley del morenismo nacional: para acabar con tus enemigos políticos, invéntales delitos y mételos a la cárcel. Andrés Manuel López Obrador, desde antes de tomar posesión como presidente, desplegó una campaña contra la corrupción en la que no denunciaba a los corruptos sino a sus enemigos políticos. En el México gobernado por AMLO, la delincuencia se mide bajo el cristal del morenismo. Eso sucedió en los estados gobernados por Morena, como en Puebla. Miguel Barbosa desde el inicio atacó a la disidencia política: los partidos, empresarios, universidades y organizaciones. La cacería de brujas alcanza a todos los que critiquen a su gobierno y sean electoralmente un problema. Eso es lo que hace René Sánchez desde las oficinas de la Secretaría de Gobernación municipal. Así se explica que la mitad de las 75 denuncias contra los ambulantes vayan contra los antorchistas por crímenes inventados.

Los comerciantes son personas que deben buscar la forma de llevar un pan honrado a su familia vendiendo en la calle cubrebocas, gel antibacterial, cacahuates, cemitas, esquites, tamales o cualquier cosa barata que la gente de a pie pueda comprarles. De manera que para entender la saña con que René Sánchez trata a los ambulantes solo hay dos opciones: o es un completo ignorante de la economía, no conoce el problema de fondo ni sabe cómo resolverlo, o es un malandro que, cegado por sus fobias políticas, pretende que nuestra organización ceda ante sus caprichos bajo sus métodos de represión. Usted decida.

El 11 de enero, el propio René Sánchez tuvo que tragarse su odio y reconoció que los ambulantes cumplieron mejor que los comercios formales el decreto de cierre ordenado por el Gobierno estatal ante el aumento del número de contagios por Covid-19. Transcribo fragmentos de una nota de La Jornada de Oriente, un periódico morenista: “en ocho de los 11 días medidos, el comercio informal superó en porcentaje de cumplimiento a los negocios formales. […] Únicamente en tres días el comercio formal superó a los ambulantes en el cumplimiento. […] Asimismo, de la información publicada se desprende que únicamente en cinco días, es decir, el 29 de diciembre, así como el 8, 9, 10 y 11 de enero, el comercio formal ha dado cumplimiento en más del 50% a los decretos del Ejecutivo estatal (para frenar actividades y evitar contagios)”. El comercio formal ha incumplido los decretos de cierre. Pero, sin importar esa rebeldía del comercio formal, el propio ayuntamiento dice que apoyará a mil microempresarios (empresas que tienen de uno a 10 trabajadores) con un cheque de 10 mil pesos. Los ambulantes, dice misma nota: “superaron en porcentaje de cumplimiento a los negocios formales”.

El Sol de Puebla del 12 de enero, afirma que el Ayuntamiento apoyará a 2 mil 500 ambulantes con un cheque de 2 mil pesos. Y la prensa pagada exclamó: ¡muy bien! ¡Aplausos para los morenistas! Pero nosotros preguntamos: ¿cómo seleccionarán a esos 2 mil 500 ambulantes? Porque en Puebla, de acuerdo con las cifras de Data México, hasta el primer trimestre de 2020 existían 150 mil comerciantes ambulantes. Es decir, el ayuntamiento apoyará al 1.6 por ciento de todos los ambulantes. O sea, a casi nadie. No olvidemos que la pandemia atrajo más pobreza y, obviamente, más ambulantes.

Por todo esto, exigimos al ayuntamiento de Puebla: 1) Que retire las denuncias contra Francisco Machorro y los ambulantes perseguidos políticamente. 2) Que apoye con despensas y ayudas económicas a todos los ambulantes de la capital, sean de la organización que sean, en estos tiempos en los que tienen prohibido salir a vender. 3) Que proyecte un plan económico que genere los empleos necesarios en la capital para que así, atacando el problema de raíz, pueda acabar con el ambulantaje. 4) Que mientras eso sucede, haga un plan serio y eficaz, para que con todas las medidas sanitarias, los ambulantes puedan instalarse en diferentes puntos de la ciudad.

Nosotros cumpliremos los decretos, pero exigimos que el ayuntamiento deje a un lado el garrote y resuelva nuestros problemas. Nada más, pero nada menos.

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