Debido a que embarazadas son examinadas sin su consentimiento por terceros –estudiantes de Medicina o practicantes—, y en ocasiones se les niega entrar con personas de su confianza –familiares o pareja—, en el Congreso se busca tipificar dichas conductas como violencia obstétrica.
La iniciativa fue promovida por las legisladoras morenistas Vianey García Romero y Nora Merino Escamilla, para así reformar el artículo 10 de la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Puebla.
Y es que hasta el momento, únicamente se incluye como violencia obstétrica la omisión de personal médico y de salud que dañe, denigra o cause la muerte de embarazadas durante su gestación, parto y puerperio.
La ley también contempla como delito la negligencia durante la atención médica y trato deshumanizado, tales como la omisión de la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas, así como practicar el parto por vía de cesárea, sin que cumpla con los criterios médicos acordes a la normatividad oficial en ésta materia.
Además, es violencia obstétrica “el uso de métodos anticonceptivos o esterilización sin que medie el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer; obstaculizar sin causa médica justificada el apego precoz del niño o niña con su madre, negándole la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediatamente después de nacer”.
Sin embargo, las diputadas morenistas agregaron como delito el negar, a previa solicitud de la embarazada, acompañamiento de una “persona de confianza durante la prestación de los servicios médicos en los que la normatividad en materia de salubridad, epidemiología o control sanitario no lo prohíba”.
Asimismo, tampoco podrán fotografía o videograbar dichos procedimientos médicos sin el consentimiento voluntario de la mujer, así como el cuerpo médico tampoco podrá –sin la autorización de la paciente— el ingreso, la atención o intervención de personal externo no acreditado ni justificado medicamente.
Cabe mencionar que hasta la pasada semana epidemiológica 6 de 2020, Puebla sumaba dos muertes de embarazadas.