El martes 4 de agosto los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional de Morena fuimos convocados por su presidente Alfonso Ramírez Cuellar a la VIII reunión urgente de dicho órgano de conducción. El punto central de la misma fue la discusión y aprobación de la convocatoria del III Congreso Nacional Ordinario del partido a realizarse entre el 16 y 30 de agosto a través de las asambleas distritales, congresos estaduales, congreso nacional y encuesta para elegir presidente/a y secretario/a General. Tuve varios desacuerdos con respecto a dicha convocatoria. Fueron dos mis objeciones principales a la misma: en primer lugar, estoy convencido de que no puede realizarse un congreso partidario mientras no se resuelva el problema del padrón de afiliados del partido. El que existe es un listado de nombres con 3.1 millones de registros de los cuales solamente hay respaldo con boletas de afiliación, en poco más de 600 mil casos. Las asambleas distritales tienen pies de barro porque ese padrón es sumamente anómalo, ha sido cuestionado por amplios sectores de Morena y por el mismo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La segunda objeción que expresé es que la convocatoria me parecía una simulación. Ramírez Cuéllar y la mayoría en el CEN que lo apoya, sabían muy bien que ese congreso no podría realizarse por la grave contingencia sanitaria provocada por la pandemia. La convocatoria aprobada el 4 de agosto fue un simulacro para que Ramírez Cuéllar y sus partidarios (que en realidad lo son de Bertha Luján), pudieran decirle al TEPJF que intentaron hacer todo para cumplir el mandato de realizar el congreso y renovar las direcciones partidarias. Tal como les indicó la resolución del referido tribunal que los favoreció a fines de febrero. En realidad, están buscando prolongar su mandato hasta después de las elecciones de 2021. Con ello piensan repartir a su criterio las candidaturas para dicho proceso electoral.
El martes 11 de agosto, la farsa continuó con una nueva convocatoria a una sesión urgente del CEN (la IX) en cuya agenda no había nada referido al supuestamente inminente congreso a iniciarse el domingo 16. La farsa se evidenció en el que uno de los dos temas principales de la referida sesión del CEN tenía que ver con elecciones de delegados presidentes de comités ejecutivos estatales en la Ciudad de México y Baja California. Además de delegados secretarios de finanzas en Puebla, Durango e Hidalgo. ¿Por qué elegir integrantes de comités ejecutivos estatales en cinco entidades federativas si el 20 de agosto los congresos estaduales tendrían que elegir a la totalidad de esos comités ejecutivos estatales? Al día siguiente, el 12 de agosto, dos de los tres integrantes de la Comisión Nacional de Elecciones (Yeidckol Polevnsky, integrante de tal comisión, fue excluida de tal comunicación) emitieron un acuerdo por el cual el proceso del III Congreso Nacional Ordinario se suspendía. La razón de ello estriba en que Ramírez Cuéllar y quienes lo apoyan emitieron una convocatoria a un congreso nacional de Morena sabiendo que no lo iban a realizar.
A la simulación se ha unido el despilfarro de los recursos de Morena. El otro tema principal del 11 de agosto estuvo relacionado con la adquisición de cuatro inmuebles (dos en la Ciudad de México, uno en Aguascalientes y otro más en Guanajuato). De los cuatro inmuebles que se habían adquirido durante la gestión de Yeidckol Polevnsky, solamente la casona de la calle Chihuahua en la colonia Roma fue aprobada. Tal casa se considera histórica porque allí estuvieron las oficinas de Andrés Manuel antes y después del triunfo de julio de 2018 y hasta el 1 de diciembre cuando tomó posesión de la Presidencia de la República. Desechar la adquisición de tal inmueble hubiese sido una ofensa a la memoria colectiva de Morena. Me llamó la atención que en la discusión sobre la adquisición de los inmuebles no se habló nada de las supuestas malversaciones que habría cometido Yeidckol en la adquisición de los mismos. No podían hacerlo, el escándalo de las supuestas malversaciones nunca tuvo pósitos jurídicos sino de linchamiento mediático a Polevnsky.
La gestión de Yeidckol Polevnsky consiguió un rebaja de 25 por ciento en el precio del inmueble de Chihuahua y una rebaja de 59 por ciento en los inmuebles de la calle de Hamburgo y los ubicados en las ciudades de Aguascalientes y Guanajuato. El daño patrimonial a Morena por la suspensión de la compra acordada por Ramírez Cuéllar y su grupo, ocasionará un daño patrimonial de 23.4 millones de pesos por penalización por incumplimiento de promesa de compra. A ello se suma una pérdida de 88.8 millones por anticipos y 149.3 millones más del dinero del presupuesto de 2019 etiquetado para la compra de los referidos inmuebles que tendrá que devolverse al Instituto Nacional Electoral. En total 261.5 millones de pesos. Llama la atención también que Ramírez Cuellar y la mayoría del CEN desecharon la compra del inmueble de la calle de Hamburgo que estaba pactada por 215 millones de pesos y hayan considerado la compra de uno de tres inmuebles (para sustituir al de Hamburgo) cuyos precios son de 660, 620 y 580 millones de pesos. La ficha técnica de cada uno de los tres inmuebles que nos mostraron, no tenía los precios de compra: a regañadientes Ramírez Cuellar y su asistente administrativa accedieron a informar el monto de cada uno de los mismos.
Dijo Andrés Manuel que poder y dinero eran los grandes venenos para un movimiento. Ya lo estamos viendo.
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