Esta semana el Banco de México presentó los escenarios para la trayectoria del Producto Interno Bruto (PIB) al término de 2020, ubicándola con una caída que irá del (-) 8.7 al (-) 9.3 por ciento, evidentemente a causa de la pandemia, pero también, por la mala gestión de la crisis.

La caída del PIB significa que la producción de bienes y servicios se reduce, y tanto gobiernos como empresas reducirán también mano de obra para sus actividades, siempre y cuando sobrevivan. Cuando dicha caída se encuentra en términos negativos existe un círculo vicioso: menos demanda y producción, lo cual se traduce no sólo en caída de inversiones, sino de capacidad instalada y empleos.

Los efectos de la pandemia y la mala gestión de la crisis económica global son visibles actualmente, pues en lo que va del año se han perdido 518 mil 609 empleos, de acuerdo con los últimos registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a pesar de mostrar un ligero repunte en octubre.

Si tomamos en cuenta que por cada punto del PIB menos se pierden entre 170 mil y 200 mil puestos laborales, al final el año México estaría sufriendo una pérdida aproximada de 1.8 millones de empleos, con un impacto negativo similar al mismo número de familias.

Y mientras en otros países los Gobiernos aprobaron exenciones fiscales para apoyar a compañías y servicios públicos gratuitos a los ciudadanos durante el primer confinamiento, en México la autoridad hacendaria continuó recaudando impuestos a pesar de que muchas empresas cerraron como medida sanitaria por el COVID, e inició procesos penales por no solventarlos.

A pesar de las presiones de Hacienda hacia la iniciativa privada para que cumplieran sus obligaciones, el desempeño del Gobierno federal ha colocado a México en el último lugar de 53 países para vivir en la era del coronavirus por el crecimiento en los casos, la tasa de mortalidad general, sus capacidades de prueba, el suministro de vacunas, la capacidad del sistema sanitario local, así como por el impacto de los bloqueos económicos y libertad de circulación de los ciudadanos, de acuerdo con bloomberg.

El problema que ahora se avecina es la disminución de la recaudación, esa que alentó a la Federación a realizar recortes presupuestales en los estados bajo el argumento de la austeridad y que tiene enfrentados a un bloque de gobernadores que integra la “Alianza Federalista”.

Si la destrucción de la economía por causa de la pandemia y la mala gestión de la crisis es parte del “anillo al dedo”, México va por buen camino, aunque la gran mayoría de los mexicanos seremos afectados en un mediano plazo.

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