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Discurso pronunciado por Miguel Ángel Damián Huato el 14 de octubre, con motivo de haber obtenido el tercer lugar en el Cuarto premio nacional “Dip. Francisco J. Múgica”, por su trabajo titulado: “Milpa, diálogo de saberes y soberanía alimentaria”.

Buenos días a los miembros de esta soberanía

Primero, reconocer al Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados y a las demás entidades académicas, por instituir el premio nacional “Dip. Francisco J. Múgica”; además, felicitar a l@s colegas premiados en esta 4ª convocatoria.

En este certamen concursé con el libro: “Milpa, diálogo de saberes y soberanía alimentaria”, donde se expone una propuesta de política pública nombrada modelo productor-innovador, para que los indígenas y campesinos consigan la autosuficiencia alimentaria en maíz, frijol y calabaza, así como para colaborar a conseguir la soberanía alimentaria en maíz.

Alcanzar la autosuficiencia y soberanía alimentaria exige, entre otras cosas, cumplir tres condiciones: que se produzcan granos básicos de forma sostenible; que la producción sea en cantidades suficientes y que los granos sean sanos y nutritivos.

El modelo productor-innovador sintetiza 20 años de experiencia y resultó de una rigurosa evaluación de las tecnologías modernas y campesinas aplicadas en el manejo de maíz de temporal, que permitió identificar experiencias agroecológicas eficientes.

¿Qué encontramos en 20 años de investigación? Entre otras cuestiones, que todos los maiceros eficientes manejaron el maíz como milpa, donde aplicaron un diálogo de saberes que combina tecnologías ancestrales y modernas que, aunque distintas, se fusionan entre sí. De esta integración surge un nuevo patrón tecnológico, el modelo productor-innovador, el cual posee propiedades productivas superiores a las tecnologías que le dieron origen.

Un elemento básico del dialogo de saberes es el manejo de la biodiversidad que hay en la milpa, creada por la mano y la sabiduría indígena y campesina. Ahí se siembran asociados maíz, frijol y calabaza, entre otros cultivos, que junto con miles de arvenses reproducen un agroecosistema con gran abundancia y diversidad de flora y fauna, organizados en genuinos “pisos de plantas”.

Esta biodiversidad recrea nuevas fuerzas productivas que ya no proceden del trabajo directo del campesino, sino de las sinergias establecidas entre los entes bióticos y abióticos de la milpa, de donde se originan la productividad, la resiliencia y la sostenibilidad de este sistema agrícola. Es decir, en la biodiversidad el poder de cada ser vivo se transforma en un ente superior al actuar como una fuerza colectiva, lo que le permite a la milpa autorregularse y autorreproducirse a través del tiempo.

Como política pública, este modelo consta de cuatro etapas. En la primera se calcula el coeficiente de localización para identificar a las entidades especializadas en la producción de maíz. El ejercicio que se muestra en el libro evidencia que 12 estados presentan esta especialización. La mayoría de ellos poseen altos índices de pobreza extrema. Por ello, se propone que el modelo productor-innovador inicie en estos estados.

Después, se evalúan las tecnologías indígenas y modernas aplicadas en el manejo del maíz y se identifican a los maiceros eficientes y a su patrón tecnológico a nivel local. Es importante resaltar que esta evaluación no es meramente técnica, además tiene la finalidad de establecer un primer acercamiento con los indígenas y campesinos para reconocernos in situ. Este acercamiento permitirá efectuar la tercera etapa, que consiste en establecer faros agroecológicos para escalar horizontal y verticalmente el modelo productor-innovador. A través de estos escalamientos se mostrarán las virtudes productivas del modelo y se mejorará la biodiversidad mediante la experimentación agroecológica. Esto implica, desde un enfoque tecnológico, reindianizar y recampesinar al modelo productor-innovador y simultáneamente modernizarlo.

En la última etapa se plantea elaborar composta y bioinsumos. Con esto producimos nutrientes para la agricultura y reducimos el problema de contaminación en las grandes ciudades.

Ahora bien, ¿cómo contribuye el modelo productor-innovador a la soberanía alimentaria en maíz? Es sorprendente que la milpa no aparezca en las estadísticas oficiales. Pero se calcula que en el país se siembran cerca de tres millones de hectáreas, que en promedio producen tres millones de toneladas de maíz.

La milpa tiene muchas bondades, por ejemplo, un resultado fortuito que derivó de la investigación es que el maíz manejado como milpa produce el doble de tortilla, si se compara con la mayoría de los maíces que se manejan como monocultivo. Si se considera un consumo per cápita de tortilla al año de 333 kilogramos, los tres millones de toneladas de maíz pueden alimentar a 18 millones de habitantes, siendo insuficientes para que la población rural alcance la autosuficiencia alimentaria.

Pero, si se aplica el modelo productor-innovador se pueden producir cerca de nueve millones de toneladas en un periodo máximo de una década. Con este volumen se puede alimentar a 54 millones de personas, garantizando la autosuficiencia alimentaria de la población rural, además de contribuir a la soberanía alimentaria del país.

Otra ventaja de la milpa y del modelo productor-innovador, es la aportación de cerca de 750 mil toneladas de frijol y 600 mil toneladas de semilla de calabaza, así como de una gran cantidad de arvenses comestibles, que desde antaño han sido parte de la dieta nutritiva y saludable de las familias indígenas y campesinas.

Hay que enfatizar que el modelo productor-innovador tiene un efecto multisectorial que coincide con 12 de los 17 objetivos del desarrollo sostenible propuestos por la Agenda 2030 de la ONU. De esta forma, con este modelo se puede lograr, al mismo tiempo, el derecho a la alimentación, a la nutrición, a la salud y a un ambiente saludable. Además, puede recrear la biodiversidad y acceder a los servicios ecosistémicos que le proporciona la milpa a la humanidad, entre otros, la mitigación de gases efecto invernadero. También se pueden crear empleos dignos y verdes y con ello reducir la migración campo-ciudad, la violencia y la destrucción del tejido social. Es decir, el modelo productor-innovador es una propuesta nutrida por vigorosas raíces milenarias que armoniza las relaciones sociedad-naturaleza y campo-ciudad.

Para concluir quiero aprovechar esta oportunidad para informar a esta soberanía de las violaciones sistemáticas a los derechos laborales y humanos que el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Dr. Alfonso Esparza, ha impulsado en contra de la comunidad universitaria.

Actualmente hay cerca de mil 200 demandas laborales de trabajadores universitarios, radicadas en la Junta Especial Número 5, del estado de Puebla. En mi caso he promovido dos demandas, la primera por acoso laboral y la segunda por despido injustificado. Pero como el resto de las demandas están durmiendo el sueño de los justos, pues en casi tres años no ha habido ningún avance, evidenciado la complicidad que hay entre la administración de la BUAP, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y los sindicatos universitarios blancos. Esta complicidad ha cancelado el derecho de los universitarios a tener un sindicato independiente que los represente, pues en múltiples ocasiones esta Junta Local le ha negado la toma de nota al Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla.

Ante el embate irracional de una burocracia que confunde autonomía con arbitrariedad y nula rendición de cuentas, los universitarios estamos inermes. En la BUAP, la autonomía implica violar flagrantemente artículos de la constitución que nos garantizan el derecho a obtener un salario digno, a la salud y otros derechos como el de realizar estudios científicos enfocados a resolver los grandes problemas nacionales que afectan a nuestro querido México. Ante este escenario, y dentro de las atribuciones de gestión que tiene esta soberanía, solicito su intervención para la pronta solución de los problemas que afectan a una de las principales universidades del país.

¡¡Muchas gracias por su atención!!

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.      

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Miguel Ángel Damián Huato es profesor-investigador del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP. Fue Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011 y es miembro del Sistema Nacional...