Con el proyecto iniciado en 2013, denominado la Nueva Ruta de la Seda, China busca afianzarse como la primera economía y así poderle quitar la hegemonía en el panorama mundial a Estados Unidos, dando créditos a países involucrados en dicha ruta, detonando así sus economías.
El megaproyecto, impulsado por el presidente Xi Jinping, no es únicamente una estrategia económica, sino que posicionará a China como la primera potencia mundial.
Y es que la Nueva Ruta de la Seda también es un programa de cooperación internacional entre el gigante asiático y otras naciones por donde pasa dicha ruta, lo que incluye programas de inversión y desarrollo en esos países, otorgándoles créditos para desarrollar la infraestructura necesaria.
Consiste en dos rutas, una terrestre y otra marítima, conformadas por una ruta de ferrocarril, gasoductos, y puertos, además de que atraviesa a más de 50 países.
El megaproyecto se extiende por Asia, Europa, África y mediante gasoductos, hasta América Latina. Sin embargo, varias naciones involucradas por donde pasa la Nueva Ruta de la Seda no cuentan con la infraestructura necesaria, como puertos y vías férreas, por lo que China ha otorgado cerca de 461 mil millones de dólares a 68 países.
Dichos recursos han sido destinados para oleoductos y gasoductos, centrales energéticas, carreteras, puertos, puentes y vías férreas. Entre los proyectos que resaltan se encuentran una ruta ferroviaria entre la ciudad china Yiwu a Madrid, España.
De esa manera, China busca detonar la economía de los países a los que les da los préstamos y que organizaciones como el Banco Mundial (BM) no le dan créditos.
Fuentes: Huffington Post / BBC / El País
