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(Tercera parte)

Como lo he mencionado en entregas anteriores, ha llegado la hora de que las y los poblanos construyamos, entre todos, un Nuevo Pacto de Bienestar que nos permita recuperar el empleo e ingreso de las familias poblanas, contener y mitigar la propagación del virus, así como reanudar las actividades productivas de manera segura.

Para recuperar la economía del estado, la estrategia deberá enfocarse en tres objetivos prioritarios: en el corto plazo, abatir el crecimiento de la pobreza y recuperar empleos; mientras que, en el mediano plazo, debemos ir sentando las bases de una economía solidaria centrada en articular el crecimiento económico sostenido en el marco de una mejor distribución de la riqueza.

El principal reto es evitar que, como producto de la pandemia, siga creciendo el porcentaje de la población en pobreza alimentaria o por ingreso en la entidad. Para lograrlo, propongo otorgar un salario mínimo vital de emergencia, crear una red estatal de apoyo alimentario, garantizar el suministro continuo de agua y luz a sectores vulnerables, así como instrumentar un plan emergente de obra pública intensiva en mano de obra, para detonar el ingreso a nivel local.

En lo relativo a la recuperación de empleos, seguimos atrapados entre la necesidad de reactivar la economía y el imperativo de bajar los contagios. Un círculo vicioso del que no vamos a salir a menos que dejemos de hacer las mismas cosas esperando obtener resultados diferentes. Por ello, propongo avanzar en tres propuestas que, por un lado, impacten de manera inmediata en los niveles de empleo e ingreso en la entidad: concretamente, un programa de empleo temporal y una agresiva campaña de capacitación laboral; y que, por otro, se sienten las bases de una nueva cultura laboral mediante la promoción de jornadas estatales para la formalización del empleo.

El objetivo de corto plazo deberá ser, sin duda, resolver el problema de ingreso de las familias. Sin embargo, es el mejor momento para avanzar hacia el desarrollo de una cultura de la formalización que, en el mediano plazo, nos permita superar la doble realidad que impera en nuestro mercado laboral, entre empleo formal e informal.

Finalmente, debemos tener claro que para construir una sociedad próspera y en progreso es necesario cerrar las brechas de pobreza y desigualdad. Ello implica hacer del bienestar objetivo un proceso estructural y permanente; es decir, un proceso sostenible que aminore las diferencias económicas entre estratos sociales de ingreso.

La gran mayoría de los análisis coincide en que, para superar la pobreza, además de programas sociales, se requiere un nuevo enfoque basado en el concepto de economía solidaria, es decir, un modelo que coloque a las personas y a la comunidad en el centro del desarrollo. Ello implica aprovechar esta pandemia para ir delineando entre las principales fuerzas políticas y económicas del estado una nueva fórmula para enfrentar la crisis y reactivar la planta productiva, a partir de un modelo económico más solidario.

En otros términos, es necesario transformar las medidas diseñadas para salir de la crisis, en un gran acuerdo de cambio estructural que no solo nos permita recuperar la actividad productiva y el crecimiento, sino que, además, amplíe los beneficios sociales de la población. Para lograr lo anterior, propongo reactivar los principales sectores productivos del estado y detonar proyectos de infraestructura atractivos a la inversión, tanto nacional como extranjera.

Ello implica, por un lado, iniciar un amplio proceso de adaptación e innovación de cada uno de los sectores productivos de nuestra entidad con el objetivo de mapear las distintas cadenas productivas para lograr una “vacunación” efectiva, es decir, una auténtica contención del riesgo de contagio en todos sus eslabones. Y, por otro, impulsar el desarrollo de proyectos de construcción de infraestructura de gran calado en sectores estratégicos como transporte, conectividad y energías limpias.

Considero que es momento de que nuestro estado extienda y profundice sus relaciones comerciales y de inversión con Asia, particularmente con China, a partir de una estrategia de construcción de infraestructura que fomente la atracción de capitales que, en el corto plazo, apuntalen la recuperación económica, la creación de empleos y el crecimiento sostenido de la actividad económica regional.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.      

Extitular de la Secretaría de Gobernación de Puebla. Fue diputado federal por el Partido Encuentro Social. Licenciado en Economía, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Ejerció...