Ordenan cancelar Rvoes autorizados por Nacho Alvízar
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que un verdadero caos es el que se vive en la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado por la decisión de la subsecretaria América Rosas Tapia de revisar de manera exhaustiva los más de 400 Reconocimientos de Validez Oficial de Estudios de tipo Superior (Rvoes) autorizados por Ignacio Alvízar Linares durante la gestión del gobernador José Antonio Gali Fayad.
El asunto tiene indignados a los dueños y directivos de las 115 instituciones de educación superior que se vieron favorecidas con esos Rvoes no sólo por las revisiones, sino porque los están instruyendo a no inscribir alumnos para el siguiente semestre.
Pero sobre todo por qué no les dan una fecha de cuándo concluirán las revisiones y qué pasará con los alumnos ya inscritos y que tienen uno o dos semestres de licenciatura o maestría.
Para los propietarios y directivos de las instituciones de educación superior afectadas, el propósito que anima las revisiones no es corregir o subsanar errores que pudieron existir en la aprobación de los Rvoes, sino un ajuste de cuentas con Gali Fayad y algunos de sus secretarios como Ignacio Alvízar.
Los particulares dicen que si el gobierno de Miguel Barbosa tiene evidencias de que el ex gobernador José Antonio Gali y algunos de sus colaboradores se beneficiaron de Rvoes, y la creación de nuevas universidades, como UniLomas, por qué no los denuncia ante las instancias correspondientes por presuntos actos de corrupción, en lugar de afectar a todas las demás instituciones.
Casique y Lázaro, los dueños del PRI
Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que dos puntos habrá que destacar esta semana en torno a la vida interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los escasos seguidores que todavía tiene en algunas zonas del estado; porque, aunque usted no lo crea, todavía los tiene.
El primero, sumamente importante para entender el madruguete que concretó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, en Puebla, con el objetivo de impedir que se le alborotara la gallinera con los personajes que aspiraban a tomar las riendas del instituto en el estado, que terminó por imponerse la mano de Javier Casique Zárate en torno a una designación que venía cocinándose desde varios meses atrás.
El PRI actuó sin sorpresas.
Hizo lo de siempre.
Publicó una convocatoria para simular que habría un proceso de selección de presidente del Comité Directivo Estatal y al final optó por la designación directa, sin mayor consulta que la que pueden hacer dos o tres integrantes de la cúpula del partido alrededor de un viejo, pero elegante escritorio en el edificio de Insurgentes Norte.
Autlán quiso ocultar su brote de Covid–19
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que lo grave de los que ha ocurrido en Minera Autlán, en Teziutlán, no solamente es que haya tenido un brote de 85 casos de Covid19 –que incrementó casi en un 100 por ciento la cifra de contagios en ese municipio de la Sierra Norte de Puebla–, sino que intentó ocultarlos y sobre todo, no hizo nada para impedir que se convirtieran en cadenas humanas de transmisión del coronavirus.
Compañía polémica por la contaminación que genera en el municipio teziuteco y por algunas practicas laborales, Autlán se vuelve un ejemplo del desastre que se puede provocar por el autoritarismo empresarial que en unos casos ha regresado a laborar –como son Volkswagen y Audi– y en otros, insisten que le permitan retomar sus actividades, tal como pasa con el Consejo de Comerciantes del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, antes de que el semáforo epidemiológico lo permita.
Teziutlán es gobernado por tercera vez por el controvertido alcalde Carlos Peredo Grau, que en esta ocasión, había actuado de manera muy correcta para impedir la expansión del Covid–19 en el municipio. Criticado por muchos, impuso desde un principio varias medidas restrictivas para frenar la movilidad social y evitar que creciera la curva de contagios del Covid–19.
Esas medidas dieron resultado, tan es así que cuando el Poder Ejecutivo de Puebla echó en marcha el programa Hoy no Circula, en un inicio no se incluyó a Teziutlán por la baja incidencia de contagios. De última hora se le adhirió a la medida por su proximidad con el estado de Veracruz, que es una entidad en semáforo rojo por el Covid–19 y porque tiene una importante población flotante, principalmente por la abundante industria maquiladora que hay en el municipio y sus alrededores.
Aproximadamente hace unos 15 días habría muerto un trabajador de Autlán por neumonía, un problema común en esa región de permanentes temperaturas bajas. Sin embargo, desde entonces se tuvo la sospecha de que podría haber sido el primer caso grave de coronavirus en dicha compañía.
IMSS, la foto antes que la salud
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el director general del IMSS, Zoé Robledo, decidió romper con la premisa de “Quédate en Casa” y viajar a la Ciudad de Puebla para inaugurar, con bombo y platillo, un anexo médico con 38 camas para atender a pacientes Covid.
¿De verdad los funcionarios de la 4T no se pueden sustraer al confeti y la matraca y tienen que poner en riesgo a un centenar de personas para inaugurar el anexo, aunque sea en medio de la pandemia?
¿No podía Robledo informar de la apertura a través de un video, boletín o tuit?
Ciertamente, el traslado de 11 pacientes de Puebla a la Ciudad de México demostró que en la Angelópolis urgen camas y espacios hospitalarios del IMSS que permitan despresurizar los nosocomios de La Margarita y San José, por ello la apertura del anexo en la zona norte de la capital es una bocanada de oxígeno. La faramalla para su inauguración, no.
Como tampoco es necesario que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, se traslade a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas para desde allá, dictar una conferencia de prensa que durante más de 130 noches se ha realizado en Palacio Nacional.
Las acciones de los funcionarios lopezobradoristas nos remontan al PRI añejo, aquel de los tiempos en que AMLO llevaba en el pecho el escudo tricolor.
