En juicios por custodia de menores, sistema no ayuda, acusa mamá
Prohibirle ver a su hijo, el castigo a Samantha por rehacer su vida. Foto: asistentelegal.org
En juicios por custodia de menores, sistema no ayuda, acusa mamá
En juicios por custodia de menores, sistema no ayuda, acusa mamá. Foto: asistentelegal.org

En Puebla, el proceso por la custodia de los hijos se desarrolla en un sistema que “está mal y que no ayuda”, acusó “María”, cuyo caso está en un juzgado donde le han extraviado papeles y los expedientes rebasan a los empleados.

“María” (nombre falso, usado para cuidar la identidad de la víctima por temor a represalias) es madre de dos menores de edad; ella relató a Ángulo 7 que hace más de un año su expareja se llevó a los dos menores con el pretexto de pasar vacaciones con ellos, sin embargo, él ya no se los devolvió alegando que ellos preferían vivir con su padre.

Indicó que desde ese momento, la relación afectiva con sus hijos se fue deteriorando, hasta el punto en que ahora ambos la acusan de esta situación (la lucha en el juzgado por su custodia) y el mayor ya no quiere ni hablarle.

Señaló que su caso lo lleva una jueza que, en su opinión, no tiene mala actitud hacia ella, pues por el contrario, la recibió de buena manera y le brindó información, pero el problema –aseveró— es la enorme cantidad de expedientes que llevan, lo que hace a que los procesos se extiendan más de lo debido.

La mujer señaló que en su caso, el que en el juzgado le perdieran los papeles originales de las evaluaciones de los psicólogos provocó que todo su proceso se fuera alargando, lo que benefició al padre de sus hijos, pues los argumentos que ella iba a presentar para que se le otorgara la custodia al final ya no servían, debido a que su ex ya los había podido resolver, como por ejemplo, encontrar una casa adecuada.

“Desbordados de trabajo”

“Las personas que laboran allí están desbordadas de trabajo, llenos de papeles, con archivos por todos lados”, indicó la entrevistada que es parte del colectivo Madres Luchando por Nuestro Hijos, quien según su testimonio, al inicio de su separación, ella y su ex tenían una excelente relación; él pasaba tiempo con los tres, pero la psicóloga de uno de sus hijos –quien tiene un déficit de atención— le indicó que esta situación confundía a los menores y recomendó tomar distancia, pidiéndole a él que cada uno rehiciera su vida y, que conviviera con los niños, pero en distintos momentos. Todos aceptaron y siguieron bien un tiempo.

Contó que fue hasta que el padre de sus hijos tuvo una nueva pareja que la situación cambió y empezaron los problemas, pues la entrevistada indicó que los niños querían estar más tiempo con su padre y la actitud de su ex hacia ella cambió: se volvió violento y discutía por horarios, salidas; fue cuando él comenzó ejercer violencia económica contra ella, pues la insultaba y le decía que le iba a dar menos dinero para la manutención de sus hijos.

Para evitar más discusiones, ella decidió ir al DIF de Cholula para llegar a un acuerdo de visitas, en ese lugar la enviaron a las instalaciones de la ciudad de Puebla capital, donde le propusieron las mediaciones familiares, a las que él nunca acudió, luego de esto fue cuando su expareja ya no le regresó a sus hijos.

Días después, su ex le envió unos papeles con un abogado y una invitación a mediaciones en Justicia Alternativa, en ese momento, él quería que ella le dejara la guardia y custodia, dejándola ver a sus hijos sólo dos fines de semana al mes; la madre rechazó esto al considerar que era muy poco tiempo de convivencia.

Recordó que, al ver a sus hijos en las instalaciones de Justicia Alternativa, los notó con actitudes raras, muy fríos y no hablaban con su mamá, pese a que ella no tenía una nueva pareja, ni había tenido conflictos previos con ellos; en ese lugar ellos indicaron que preferían vivir con su padre.

Luego de que los menores de edad indicaran que querían vivir con su padre y la nueva pareja de este sin aclarar el motivo por el que ya no deseaban estar con su madre, la juez concedió la custodia temporal al papá.

Para María, la decisión de la juez de entregar la custodia a su ex no fue de mala fe, sino que consideró que ella sólo se basó en lo que los menores querían en ese momento sin conocer todo el caso, pues recordó que fue hasta un año después de iniciar su proceso de custodia cuando la propia magistrada le indicó que ya tenía su expediente y le prometió leerlo, lo que implicaba que luego de todo ese tiempo ella ni siquiera había podido hacer la lectura completa del mismo.

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Foto: Especial

Juicios rápidos, por el bien de menores

Con la voz entrecortada, la madre hizo un exhorto a las autoridades y les recordó que, en el caso de los niños, el tiempo es un factor muy importante, ella indicó “(…) es tiempo perdido, porque hasta hace año y medio yo tenía una relación con mis hijos, hoy ya ni siquiera hablo con ellos y este tiempo ya no lo voy a recuperar”.

Resaltó que los menores de edad tienen derecho de convivir con los dos papás, pero si hay alguno que tiene mala influencia y no cuida a los niños, en ese momento es recomendable la separación, aunque señaló que en su caso no hay ninguna razón para no permitirle estar con ellos, sin embargo, consideró que el sistema no ayuda para nada y, entre más se dilata un proceso, más tiempo se pierde con los hijos.

En este caso, los niños pasaron de tener una buena relación con su madre a excluirla de sus vidas, situación que no es nueva y se presenta mientras transcurre el juicio, cuando los hijos presentan el Síndrome de Alienación Parental (SAP), una teoría que asegura que los hijos son manipulados por los padres, aunque no ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tras las actitudes hostiles de sus hijos, la madre le solicitó al padre que vieran a un especialista que le explicara por qué el cambio de actitud de sus hijos hacia ella. Al principio todos fueron, pero las terapias fracasaron pues el padre y el mayor de sus hijos se molestaron cuando el psicólogo les dijo que notaba que los menores estaban siendo manipulados por su progenitor; luego de eso ya no acudieron a más citas.

Finalmente, María indicó que el único momento en que podía ver a sus hijos era unos días entre semana, cuando los esperaba a la salida de sus escuelas para saludarlos, pues las visitas que ella llegó a tener programadas no se concretaban por excusas de su ex, pero con la pandemia por Covid-19, ya ni eso puede hacer y su proceso está detenido hasta que la contingencia cese.

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