Cerca de 3 mil 500 poblanos de la capital participaron en el macrosimulacro que se convocó a nivel nacional, en el que participaron turistas, vendedores y funcionarios del ayuntamiento; pese a que tardaron en evacuar, mejoró el tiempo de respuesta al pasar de 8 a 6.12 minutos.
Al filo de las 11:00 horas, se levantó sobre la explanada del Zócalo la voz mecánica, y en ocasiones temible, de una alerta sísmica que, por igual, sonó en distintas ciudades del país.
Poco a poco, como si se tratara de una obligación, los trabajadores de restaurantes y demás comercios salieron a las calles, demostrando la poca seriedad e incluso, la pereza que les inspiraba un simulacro.
Apenas podían percibirse pequeños grupos de gente junto a los árboles cuando, de un momento a otro, en tres minutos que parecieron un parpadeo, una muchedumbre llegó desde la calle 5 de Mayo como una peregrinación, haciendo del Zócalo un mar de turistas, vendedores y funcionarios del ayuntamiento.
Los cascos de Protección Civil circulaban de un punto a otro, esquivando gente, entre las risas y las miradas inquietas de aquellos que esperaban que el protocolo acabase pronto.
El resultado fue una tardanza de 6 minutos y 12 segundos, donde alrededor de dos mil 200 personas desalojaron los ocho edificios participantes, lo que, en palabras del personal de Protección Civil, fue el tiempo de respuesta adecuado, mas no el mejor.
Por la capacitación que han brindado y por la experiencia de los sismos del 2017, aseguraron que 4 de cada 10 poblanos saben cómo actuar ante una contingencia, siendo que para este simulacro participaron alrededor de tres mil 500 capitalinos.
Aseguraron que la tardanza fue menor considerando que en el ejercicio del 19 de septiembre, la gente demoro alrededor de 8 minutos en desalojar.
Protección Civil consideró esto de manera optimista, pues indicaron que este año se inscribieron 200 personas en sus cursos de prevención, situación que reflejan los deseos de la población de salvaguardar la integridad y reducir el número de percances ante algún sismo.
