Choferes del transportes público señalaron que si el gobernador Miguel Barbosa Huerta, pretende dar el incremento del pasaje, entonces también que vaya condicionado a que los concesionarios cumplan con darles prestaciones de ley, porque olvidan esa parte patronal.
En un sondeo que realizó Ángulo 7 con trabajadores del volante de rutas como la Azteca, 10,72, 68, 52, Libertad-Cuauhtémoc, entre otras; coincidieron que los dueños del servicio jamás se preocupan por mejorarles sus condiciones cada vez que reciben un aumento en la tarifa del pasaje e incluso tampoco lo aplican para “mejorar en algo” las unidades en la parte físico-mecánicas.
Ramón N. quien prefiere guardar la gracia del anonimato, lleva más de 10 años como chofer y pasando de una ruta a otra, contó que nadie pelea por los derechos de él y sus compañeros, “somos invisibles en las negociaciones de la autoridad con transportistas, pero visibles cuando ocurre un accidente de tránsito, que a veces es por imprudencia de terceros, pero también por parte de nosotros que nos dan vehículos con fallas mecánicas”.
Indicó que prácticamente está amarrada el alza del pasaje, aunque no sabe si será en 8 o 8.50 pesos, pero anticipa que en nada cambiará el servicio, porque desde el 2010, cuando Mario Marín lo dio, siguen igual las unidades incluso algunas datan desde ese tiempo.
Cuentas de mil 300 pesos
Refirió que trabaja de lunes a domingo, de 5:30 de la mañana, cuando recoge la unidad, hasta las 11 de la noche cuando entrega la cuenta del día que son mil 300 pesos y quedándose él con 550 o cuando mejor le va con 700 pesos en un sábado.
Consideró que si el gobierno quiere un servicio eficiente, también debe presionar a los concesionarios para que cumplan con darles prestaciones, al menos seguridad social, porque algunos son dueños de diez unidades o más, pero no hay retribución al operador, que todos los días debe “correr” para sacar la cuenta y su pago aparte, pero con el riesgo de sufrir un accidente o generar uno.
Rafael N. quien está de operador en la ruta 72, señaló que este incremento beneficiará también a exfuncionarios, quienes se hicieron de concesiones cuando estuvieron en el gobierno estatal, pero que mediante prestanombres forman parte de las negociaciones para seguir enriqueciéndose sin pensar en mejorar el servicio.
“Los patrones nos dicen que si no estamos contentos que nos vayamos a otra ruta, porque no van a bajar la cuenta que exigen y que nunca les alcanza para darnos prestaciones, ya que van al día con el pago de mantenimiento de los vehículos, cuando en la realidad hasta terminamos poniendo 200 o 300 pesos, porque nos dicen que se descomponen porque no tenemos precaución al manejar”, apuntó.
Oficio familiar
Vicente N, tiene 25 años como operador, oficio que dos de sus hijos están siguiendo, por lo que ya es una tradición en su familia, donde también un hermano y primo laboran, aunque con menos tiempo.
Indicó que su aspiración máxima es ser tu propio patrón, tener su concesión y su unidad, pero nunca lo ha logrado porque una nueva cuesta más de 500 mil pesos y con lo que gana es complicado pagar un enganche y mantener una mensualidad de 8 mil o 10 pesos al mes, si es que desea pagarla en corto tiempo.
Mencionó que los paros para presionar sobre ese aumento del pasaje no son realizados por los choferes sino por los concesionarios que incluso llevan a personas que ni siquiera manejan las unidades, “lo cual parece que ha dado resultados y se fructificara el domingo”.
Dijo que si tuviera prestaciones, a estas alturas estaría cerca de poder conseguir una pensión o su jubilación, pero en las rutas del transporte público eso no existe, porque la autoridad no ve que los operadores también forman parte del servicio.
“Ninguna unidad se maneja sola, los dueños jamás van a ruletear y lidiar con los usuarios que en ocasiones se ponen agresivos porque no vamos rápido o no hacemos paradas donde quieren. Esos problemas y la entrega de la cuenta del día nos los dejan a nosotros, por ello es momento de que el gobierno nos apoye en condicionar ese aumento a que nos reconozcan como sus empleados”, abundó
Señaló que los transportistas que “pelean” el alza, no tienen solo un vehículo sino más de cinco, es decir , son pequeños empresarios con grandes ganancias que les da para vivir bien y destinar poco para darles mantenimiento, ya que comprar uno nuevo solo es cuando acabo la vida útil de 10 años y si reciben la presión de la autoridad con sacarlos de la circulación, lo cual frenan con “moches” a los supervisores.
De lo contrario, anticipó, seguirán en circulación las mismas unidades viejas que desde el sexenio de Marín Torres están y sin que sean sancionados los transportistas.
