Luego de que trabajadores del servicio de limpia iniciaron un paro exigiendo su bono navideño, la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco indicó que no se les restituirá ya que es una partida discrecional que no cuadra con la austeridad de la “cuarta transformación”.
En entrevista, la munícipe explicó que las demandas del personal de limpieza del Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOLS), conocido como “naranjitas” no serán atendidas pues dicho bono es ajeno a sus prestaciones de ley y va en contra de los planteamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“A mí me corresponde respetar los derechos laborales, pero también por una política de austeridad se han cancelado bonos discrecionales que se otorgaban de hasta dos meses de salario para personal de confianza”, aseguró.
Agregó que una de las maneras de apoyar a los trabajadores con bajos salarios es combatir dichas partidas, dadas por favoritismo.
Fue durante la noche del pasado lunes cuando el personal de confianza paró sus labores e instalaron un campamento en las inmediaciones del OOSL, en Valsequillo, para exigir el pago de sus prestaciones.
Comentaron que, además del bono discrecional, se les retiro la ayuda de despensa, juguetes, así como la entrega de un pavo navideño.
Bolardos, para priorizar a peatones
En otro tema, Rivera Vivanco comentó que el descontento de la ciudadanía por los bolardos que afectan la vialidad se debe a falta de información, pues son necesarios para peatones, ciclistas y automovilistas.
“Nos ha faltado a los titulares y a mí informar cuál es el objetivo. Surgen de solicitudes ciudadanas para priorizar a los peatones, de evitar que abusos en las vueltas generen puntos ciegos que vulneren a quien va a atravesar una esquina o intersección”, precisó.
Refirió que los bolardos también permiten que haya un mayor margen de seguridad contra accidentes viales, al igual que servirán para que la ciudadanía se apropie de dichos espacios.
Esto, ya que conductores y peatones han protestado que su instalación, en 15 zonas de la capital, ocupa el espacio de un carril, afectando el tránsito.
El caso más denunciado es el del crucero de San Felipe, donde los camiones deben detenerse en el carril de alta velocidad para bajar al pasaje, impidiendo así que otros automóviles puedan avanzar.
