El incremento del robo de combustible en el “Triángulo Rojo” de Puebla inició en 2006, por la filtración de planos de ductos a través de ayuntamientos y con la complicidad de ingenieros de Pemex, quienes formaron a chupaductos, los cuales hoy ganan hasta 150 mil pesos por toma.
Así lo reveló al reportero Pablo Ferri un expolicía dedicado ahora al robo de combustible en la zona de Tecamachalco, quien bajo la gracia del anonimato, refirió que, a raíz de un accidente en Veracruz, los presidentes municipales exigieron a Pemex planos para localizar los ductos y saber dónde no excavar.
No obstante, “los presidentes municipales pasaron los planos a protección civil o a seguridad pública y ¡pum…! (…) Y se intensifica el robo. Ya con el planito, ya te buscas quien te lo haga”, señaló en la entrevista, publicada en El País.
En ese entonces, personal de Pemex –aseguró– enseñó a los delincuentes a “picar los ductos”, lo cual puede llegar a ser mortal debido a que el combustible, además de inflamable, discurre a alta presión.
“Se venden unas válvulas del tamaño del teléfono (celular), cuadradas. Tiene una perilla, una bola de metal, que cierra y abre. Se planta en el tubo y se suelda primero. Con la perilla se abre la válvula y ahí ves el tubo. Ahí se le llena de aceite. Se perfora con un berbiquí, un taladro a mano”, explicó.
De acuerdo con el entrevistado, a quienes tienen la capacidad de realizar este peligroso trabajo “se les está pagando 150 mil pesos por una toma” y lo hacen en una hora.
Editado por Luis Alberto Palacios
