Cartas a Gracia
Vasallos de la administración de Enrique Peña Nieto y paladines de la democracia, del fortalecimiento de la división de poderes y de la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en la era de Andrés Manuel, Gracia, los integrantes de la Junta Gobierno del INEE ponderan aparentes logros a favor del derecho que tienen niñas, niños y adolescentes para recibir educación de calidad, al tiempo en el que agoreros de la desgracia educativa, pronostican el retorno al oscurantismo, a la época de la venta y herencia de plazas, y, a la entrega de la rectoría de la educación a las organizaciones gremiales, ignorando que fueron parte de un entramado legal elaborado con la única finalidad de conculcar los derechos laborales de maestras y maestros, sometiéndolos a una ley de excepción.
Se autovictimizan Gracia, como si con la transfiguración del INEE propuesta en una nueva iniciativa de reforma a los artículos 3º, 31 y 73 constitucionales, muriera el sistema educativo nacional, dejando en la orfandad y arrojando a la niñez y a la juventud a un pozo de mediocridad en el que encuentran inmersos, agravado por el abandono de un proceso de “mejora continua” que permitiría incrementar la “productividad” (relación entre el grado de destreza de la fuerza de trabajo y desarrollo de las fuerzas productivas) de las fábricas llamadas escuelas y se lograra, que las y los dueños de las mercancías en proceso de transformación -padres y madres de familia-, se encontraran satisfechos al tener al final del proceso, una mejor condición de reventa para una mercancía entregada en su origen a las escuelas preescolares.
Incomprendidos por aquellas(os) a quienes pretendían salvar y arrancar de las garras perversas que los sometían, les vendían plazas y ascensos y que ahora, gracias a la alianza pactada entre CNTE, SNTE y AMLO, lo volverían a hacer; los miembros de la Junta Gobierno del INEE acusan de una “campaña de desinformación” a la que se han visto sometidos en los últimos meses con la pretensión de desaparecer a su querido Instituto y vulnerar su autonomía; facultad que les permitía incluso al margen de la normatividad, contratar al CENEVAL para que hiciese parte de sus tareas; fijar sus sueldos salarios y prestaciones por encima de la media del tabulador autorizado. No obstante, lanzan una contraofensiva que incluye el fortalecimiento de las alianzas con sectores ultraconservadores, entre quienes se encuentran Mexicanos Primero A.C. y la Unión Nacional de Padres de Familia; protestas ante los legisladores; controversias constitucionales para recuperar la parte de presupuesto perdido, y el lanzamiento de campañas en redes (“Eneducación#AOscurasNo”) mediante la que pretenden atraer la simpatía de, entre otros actores del sistema educativo nacional, madres y padres de familia y de maestras y maestros “beneficiarios” de la aplicación de la reforma peñista.
Expresan por intermedio de Teresa Bracho, Silvia Schmelkes y Bernardo Naranjo, argucias mediante las que vinculan propuestas expresadas en el Objetivo 4 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible: Educación 2030 de la ONU (Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos), con la existencia de un organismos autónomo, pretendiendo que el INEE y su antecesor, gozaron de una independencia que no siempre fue tal y que no impidió que se formularan líneas de acción que fueron explotadas por quienes se hiciesen cargo a partir de 2013, de la coordinación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa.
La presentación de Teresa Bracho, “Consejera Presidenta” de la Junta de Gobierno del INEE ante las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y Educación de la Cámara de Diputados, destaca que no comparten el señalamiento persecutorio que les endosan maestras, maestros e investigadores de la cuestión educativa; sin embargo, ignora que siempre se subordinaron a los intereses y a los caprichos de Aurelio Nuño Mayer y que sometieron la instrumentación de sus “procesos de evaluación”, fundamentalmente los de permanencia, a los de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente; ignorando que la defensa de su pretendida autonomía debió ejercerse a partir de los primeros días de su creación. Nunca fijaron tiempos y siempre bailaron al son que les tocaron y sin desmarcarse de la pretensión por renovar la plantilla docente a partir de una evaluación de permanencia, exigida por Mexicanos Primero pero rechazada por el magisterio nacional.
Teresa esboza la defensa de la pervivencia del INEE en 10 puntos que en un lapso de 10 minutos, concedidos por las comisiones unidas de Diputadas y Diputados que le recibieran en San Lázaro. En el primero de ellos, señala que han “generado información, indicadores y conocimiento puntual sobre todo el sistema, a través de documentos como el Panorama Educativo, ampliamente reconocido como una fuente de información precisa y rigurosa”; pero, omite referir que previo al rango de organismo autónomo ya se habían presentado 9 ediciones anteriores de la misma publicación y que el formato 911, por el que la “Dirección General de Planeación y Programación (DGPP), realiza el levantamiento de la información estadística de todos los centros educativos, desde Estancias Infantiles hasta Universidades y Tecnológicos” se remonta al siglo pasado.En el segundo punto, se refiere a la casi inaplicable prueba PLANEA por causas imputables a la reducción presupuestal que permite comparar los aprendizajes de niñas niños y adolescentes de tercero de secundaria y cuyo antecedente, las pruebas ENLACE y EXCALE se remontan a los años 2006 y 2005, realizadas por un Instituto Nacional para la Evaluación menos obeso y sectorizado a la SEP. Sin concluir la carta Gracia y con la promesa de abordar los puntos restantes, podríamos ultimar por el momento con una frase de la conseja popular: “Pa´ que tanto brinco Gracia, estando el suelo tan parejo”.
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