La incidencia de tortura en México es del 73 por ciento en arrestos de delitos del fuero federal y del 70 por ciento para el fuero común; la tortura más utilizada es la amenaza de levantamiento de cargos falsos 52 por ciento, seguido por el desnudamiento (46) y patadas o puñetazos (45).
Así lo señaló Artículo 19 que citó datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Enpol) 2016 en la presentación de su informe “Fabricación de falsas verdades en el sistema de justicia penal. Las decisiones políticas y fisuras jurisprudenciales que sostienen la tortura”.
En el documentó la organización civil criticó que el sistema de justicia penal continúa recurriendo a la tortura —especialmente en casos de relevancia mediática o política— para construir “falsas verdades” y materializar “juicios mediáticos,” generando impunidad y un demérito al debido proceso y a los derechos, tanto de víctimas como de la sociedad, impactando en el derecho a la verdad y a la información.
Según Artículo 19, se identificaron tres elementos recurrentes por los que la tortura continúa: 1) porque se percibe como eficiente en las corporaciones policiales; 2) Hay insuficiente capacitación y profesionalización en las fuerzas de seguridad en temas de derechos humanos y ; 3) existe una exigencia de cuota a los policías en los que tienen que presentar al detenido.
Puntualizó que “La subsistencia de la tortura no tendría la dimensión que ha adquirido en México si obedeciera simplemente a abusos individuales de agentes del estado. Para que la tortura se generalice y perpetúe, es porque tiene apoyos “de arriba”.
Respecto a la tortura sexual determinó que esta es principalmente utilizada contra las mujeres, en este tema recordó que el Estado mexicano ha sido condenado internacionalmente en más de una oportunidad por este tipo de violaciones y, no obstante, los casos continúan produciéndose.
