La agencia de viajes Thomas Cook, que fue pionera en esta actividad con 178 años de antigüedad, negoció una inyección de 227 millones de euros para evitar la quiebra, pero fracasó dejando a 600 mil de sus clientes varados en España, Cuba y otros destinos.
Peter Fankhauser, el consejero delegado del grupo, pidió disculpas “a los millones de clientes y a los miles de trabajadores” afectados por la liquidación de la compañía, que llevaba años padeciendo estragos financieros.
La caída del grupo – que operaba en 16 países, contaba con 105 aviones, 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca y una planilla de 22 mil empleados – ha provocado un caos global.
Por su parte, las autoridades de Reino Unido comenzaron a organizar el retorno de 150 mil turistas británicos, en la mayor operación de repatriación realizada por esta nación en tiempos de paz.
“Todos los pasajeros actualmente en el exterior con Thomas Cook y que tenían reservas para retornar al Reino Unido en las próximas dos semanas, serán traídos a casa en fecha tan próxima a sus reservas como sea posible”, afirmó el gobierno británico.
