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Los responsables de la violencia en Coatzacoalcos

Ricardo Raphael en su columna Política Zoom, publicada en El Universal, indica que veintiséis personas murieron y doce resultaron heridas después de un atentado criminal en Coatzacoalcos. Al parecer un grupo de sicarios arrojó bombas molotov dentro del bar Caballo Blanco y después cerró las puertas para impedir el escape de quienes estaban adentro.

Este hecho escala la confrontación violentísima que sostienen dos carteles en disputa por esa plaza: Los Zetas y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El río de sangre fue anunciado la madrugada del 22 de agosto cuando apareció sobre la acera de una callejuela en Río Blanco el cuerpo desnudo y desmembrado de una joven mujer y un mensaje amenazante.

Dos días después la policía municipal de Coatzacoalcos detuvo a Josimar Ríos López, de 31 años, y a Agustín Ranzón González, de 29 años; hubo testigos que los vieron subir a una patrulla cuya matricula reportada es la 3225.

Durante las horas posteriores los familiares de ambos buscaron por todas partes sin que la autoridad pudiera dar razones de su paradero.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, señala que 1. Hoy, hoy, hoy. Ante la masacre cometida en un bar de Coatzacoalcos, Veracruz, en donde el número de muertos casi llega a 30, el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta, calificó a la inseguridad en el país como “la herencia maldita” de administraciones pasadas, y dijo que ocho meses ha sido poco tiempo para que el gobierno federal la resuelva. Aseguró que el gobierno está haciendo su tarea para atacar de fondo la inseguridad, buscando regenerar el tejido social con programas de desarrollo. Descartó intervenir en los diferendos entre el gobierno de Veracruz y la Fiscalía del estado. “Es un tema que corresponde a la entidad, ellos tendrán que no sólo resolver esa coyuntura, sino que también se cumpla el Estado de derecho”, dijo. Las cicatrices no cierran en Veracruz, donde hay que frenar a los criminales, hoy.

2. Deplorable. Consternado como todos los mexicanos, Cuitláhuac García Jiménez, gobernador de Veracruz, acusó a Jorge Winckler, fiscal del estado, de haber dejado en libertad, semanas atrás, al autor de la matanza de Coatzacoalcos. Los indicios señalan a que uno de los autores materiales es Ricardo N, alias La Loca, a quien las fuerzas coordinadas de Veracruz detuvieron en julio de este año y liberaron en menos de 48 horas. En respuesta, la corporación indicó que fue la Fiscalía la dependencia responsable de la liberación del delincuente. Haya sido como haya sido, el fiscal debe ser investigado por la FGR y no esperar a que lo hagan autoridades estadunidenses, como sucedió con Edgar Veytia, exfiscal de Nayarit. Alguien debe responsabilizarse de estos muertos. No son una papa caliente. Es el México real.

3. Una rayita menos. Los escándalos al interior de Morena siguen al alza y el primero en notarlo es Andrés Manuel López Obrador, fundador del partido y ahora presidente de México. A finales de julio, Rosario Piedra Ibarra y Juana Mancillas interpusieron quejas a fin de controvertir la designación de Leonel Godoy como secretario de Organización, al considerar que se violaron diversas disposiciones del estatuto del partido, relacionadas con la idoneidad del candidato y el procedimiento de designación. Ayer, el TEPJF ordenó a Morena a pronunciarse en torno al tema Godoy. Por otra parte, mella dejó la pugna Batres-Monreal, esto, más el diputado Sergio Mayer acusado en fuego amigo, conforman un entorno enrarecido. De echarse a perder Morena, lo abandono, advirtió López Obrador. ¿Ya ven lo que ocasionan?

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que los coordinadores de PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y Verde leyeron la cartilla en la Junta de Coordinación Política al todavía presidente del Senado, Martí Batres, por haber impugnado el proceso de elección de la nueva Mesa Directiva, le pidieron no contaminar la vida institucional cameral con problemas partidistas como el que tiene con Ricardo Monreal y le exigieron dar vuelta a la página y permitir que la tabasqueña Mónica Fernández presida los trabajos el domingo.

QUE las autoridades antidroga de China investigaron con sus pares mexicanas y estadunidenses el decomiso de 23 toneladas de fentanilo provenientes de aquel país y pudieron confirmar, de acuerdo con la embajada de Pekín aquí, que no se trata de esa sustancia y que habrá un severo castigo a las empresas e individuos que violen la ley.

A partir de 2015, China solo exporta a México legalmente cada año dos precursores químicos, el permanganato de potasio y el piperonal, con un total anual de cada uno de 100 toneladas, y de enero de 2019 a la fecha los embarques representan 40 y 11 toneladas, respectivamente.

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Si te matan en EU, “terrorismo”; si te matan aquí, ¿“venganza de cárteles”?

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, señala que ¿Qué diferencia hay entre un loco supremacista blanco que entra armado a un centro comercial y dispara contra la multitud matando a 22 personas, entre ellas a 8 mexicanos a los que dice odiar, y cuatro o cinco sicarios, no menos locos, que entran a un bar disparando también a la multitud, luego rocían gasolina en el lugar y lanzan bombas molotov para incendiarlo y se salen sellando las puertas para que todos los ahí presentes, más de 28 mexicanos a los que también odian, mueran quemados, intoxicados y calcinados, cuando no asesinados por las balas? El acto de crueldad extrema, terror e inhumanidad es exactamente el mismo; la única diferencia es que los primeros 8 mexicanos murieron en El Paso, Texas, territorio de los Estados Unidos, y los 27 baleados e inmolados en una venganza en Coatzacoalcos, Veracruz, territorio mexicano.

¿Por qué entonces el gobierno de México reacciona de forma tan distinta ante la muerte de los mismos mexicanos? Cuando ocurrió la masacre de El Paso, con toda su carga de violencia y odio racial, la administración del presidente López Obrador alzo de inmediato la voz no sólo aquí sino en los Estados Unidos y mandó al canciller Marcelo Ebrard a la frontera con Texas para exigir castigo a los responsables de la masacre, denunciar el atentado contra los 8 mexicanos como “un deleznable y condenable acto de terrorismo” y pedir de inmediato que la Fiscalía General de la República iniciara una carpeta de investigación contra el asesino con miras a extraditarlo y juzgarlo en México; mientras que hoy el presidente sólo reaccionó cuando los reporteros le preguntaron en su conferencia mañanera lamentando la masacre y pidiendo a la FGR “que participe en la investigación” y que “se investigue a autoridades si se detuvo antes a estas personas (los brutales asesinos) y se les dejó en libertad”.

No hubo en la declaración del presidente una condena a lo que, quizás por motivos distintos pero con el mismo nivel de crueldad y saña, también es un acto de terror y de terrorismo contra mexicanos civiles indefensos. Mucho menos hubo reacción ya no digamos del canciller Ebrard, que interviene en asuntos ocurridos en el extranjero, sino del gris y anodino secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, que ni siquiera se pronunció sobre el tema ni subió ningún video condenando el hecho o acusando el acto de terror cometido contra los habitantes de Coatzacoalcos y menos se trasladó a Veracruz para atender personalmente el asunto y dirigir las primeras acciones para capturar a los responsables; igual que los de El Paso, estos 27 mexicanos asesinados cruelmente, junto con otros 11 heridos en condiciones de gravedad, estaban en una actividad meramente recreativa y no tenían conflicto alguno ni estaban vinculados a ningún tipo de actividad delictiva. ¿Cuál fue su error o su fatalidad? El mismo que los que murieron en el Walmart de la ciudad texana: estar en el momento y el lugar equivocados y ser el blanco de una violencia y un odio irracional y cruel contra su humanidad.

Y vendrán los expertos y los estudiosos de estos temas a decir que no se puede hablar de “terrorismo” en las constantes masacres que vivimos en todo el territorio nacional, bajo el tecnicismo de que “no hay en estos atentados crueles e inhumanos motivos ideológicos, raciales o políticos”. Pero el odio y el desprecio que se manifiesta contra la vida de civiles inocentes, sacrificados en aras de una venganza o de reivindicar la pertenencia a uno u otro grupo delictivo, es exactamente el mismo para los 8 mexicanos asesinados en El Paso o las decenas de muertos en ataques con bombas en Siria o Afganistán, que el que mueve a los terroristas asesinos que ayer condenan a morir calcinados a estas 27 personas en Coatzacoalcos, o los cinco sujetos que antier entran armados a una fiesta y disparan ráfagas de armas de grueso calibre contra los asistentes y matan a tres niñas de 14, 13 y 4 años de edad y a un adulto; o antes contra nueve sujetos torturados, asesinados y colgados en un puente o contra miles (20 mil en total de enero a julio de este año) que mueren diariamente de manera violenta en el país, hombres, mujeres, niños.

Le pueden llamar como quieran, pero el nivel de crueldad e impunidad con el que están actuando los grupos del crimen en México es de terror total y absoluto y sus acciones son por tanto de terrorismo contra la población civil de este país. Todo ante un Estado que desaparece y, que totalmente ausente, apenas le alcanza para “condenar”, “lamentar”, “ofrecer investigar”. Es la segunda gran masacre que ocurre en Veracruz en los últimos meses, desde que el estado es gobernado por un mandatario de Morena como Cuitláhuac García, en múltiples ocasiones defendido y reivindicado por el presidente López Obrador. La primera fue Minatitlán con sus 13 muertos apenas en abril pasado, entre ellos un niño de 1 año de edad.

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Berrinche y plantón (¿remember Reforma?)

La columna Pepe Grillo, publicada en La Crónica de Hoy, indica que pues los cercanísimos de Martí Batres dicen que ya se decidió y que el senador, derrotado en su intento por reelegirse en la presidencia del Senado, tiene una sorpresa para el sábado.

El berrinche de Batres es tal que al menos quiere abollarle el triunfo a Monreal y quemarle su zacatecano hígado antes de la instalación de Sesión Constitutiva de la LXIII Legislatura. ¿Y cómo? ¡Ah, pues como dictan los misterios fundacionales de la 4T: con un plantón sorpresa!

Batres citó a sus seguidores antes del inicio formal de la sesión para un acto de protesta que debería durar unos minutos, sin alterar el orden legislativo. Pero ya estando allí, les pedirá quedarse en plantón hasta que Monreal se disculpe o al menos acepte que su proceder no fue el más pulcro. ¡Ah, que el buen Martí!

La audiencia y la carta

El gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, quiere una audiencia personal con el presidente López Obrador.

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Ese infierno llamado Coatzacoalcos

Francisco Garfias en su columna Arsenal, publicada en Excélsior, señala que en Coatzacoalcos hubo más muertos que en El Paso, Texas. En el antro El Caballo Blanco de ese puerto, donde ocurrió el ataque, recogieron 28 cadáveres, según los últimos reportes.

Es la masacre más grave en lo que va de la 4T. La negra constancia de que la estrategia de seguridad que “atiende las causas” y no “echa bala” es un fracaso.

La matazón se registró a pesar de que en esa región se estrenó, hace meses, lo que nos vendieron como panacea: la Guardia Nacional

Los mexicanos estamos desconcertados, desprotegidos, aterrados por lo que ocurre cotidianamente.

* Y más: no pocos se ven obligados a pagar el derecho de piso. El miedo hace que las víctimas no denuncien, ni aporten información a las autoridades. Se juegan el pellejo.

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