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Llegaron a la LX Legislatura como los grandes, “las vacas sagradas”, los héroes de la película pa-pá.

Pero ya se cayeron.

Héctor Alonso Granados, José Juan Espinosa Torres y Gerardo Islas Maldonado se desgranaron como elote fresco.

Digo, por ejemplo.

Y el mando lo asumió Gabriel Biestro.

Héctor ha sido diputado en tres ocasiones, las tres por mayoría relativa y las tres por diferentes partidos políticos (PRI, Panal y Morena). Con esos antecedentes, se perfilaba para ser pilar en el Congreso del Estado, pero ya vemos que se convirtió en un rotundo fracaso.

José Juan empezó como el monarca legislativo. No sólo tenía experiencia, sino también liderazgo sobre los inocentes diputados de la Coalición de Juntos Haremos Historia. Pero ahora, ni se ve ni se oye. Otro rotundo fracaso.

Gerardo de “casi gobernador” (“es una vacilada”, diría Barbosa) a diputado del montón. Fracaso rotundo.

Y apenas van 10 meses de un total de 36.

Punto.

Ni Obama

Al entregar reconocimientos a policías, el gobernador Guillermo Pacheco Pulido dijo que Manuel Alonso recibió una corporación prácticamente desecha, que ahora está recuperándose. Con razón, de la inseguridad que heredamos no nos salva ni Obama.

El Verdugo

Pues ya se colocaron los bandos en el Palacio Municipal de Puebla y el Tribunal Superior de Justicia, para anunciar que Luis Miguel Barbosa es el gobernador del Estado. El Verdugo dice: A ver si así se enteran sus titulares.

Es todo por hoy.

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