Con una historia que lo ha llevado a trascender en el mundo, Cholula ofrece cuadros que traspasan el tiempo y remontan a quien lo visita a la época prehispánica de México y la colonia, haciendo un juego de matices de dos culturas y tiempos que se fundieron en un espacio para hacerlo inolvidable.
De las raíces del náhuatl “Cholollan”, que significa agua que cae en el lugar de huida, la zona arqueológica de Cholula es uno de los asentamientos más antiguos de México que ha sido habitado de manera ininterrumpida desde el siglo V antes de Cristo, por lo que se le considera la ciudad más antigua de América.
Además, esta zona cuenta con Tlachihuatépetl, la pirámide más grande del mundo, al registrar 430 por 460 metros por lado, es decir, la pirámide del Sol en Teotihuacán cabría dos veces en la de Cholula.
La gran pirámide, dedicada a Chiconauhquiáhuitl o dios de las nueve lluvias, tiene la apariencia de un cerro piramidal, debido a que está compuesta por una serie de pirámides superpuestas una sobre otra.
Dentro de la pirámide se han excavado un total de ocho kilómetros de túneles; gracias a los cuales, se han podido encontrar murales prehispánicos, como el llamado “mural de los bebedores de pulque”.
Se dice que cuando Hernán Cortés supo del gran número de santuarios indígenas construidos en Cholula mandó edificar templos sobre ellos, pues imaginó que se podría orar en un templo distinto cada día del año, por lo que actualmente cuenta con varias iglesias que forman parte del contraste que enamora a los turistas.
Asimismo, se cuenta que cuando los españoles descubrieron que Tlachihuatépetl era una pirámide y no un cerro como creían, pensaron que acabar con una obra de esta magnitud los superaba por lo que mandaron edificar sobre ella la Iglesia de la Señora de los Remedios en 1594.
La construcción de ésta es de tipo colonial que finalizó en 1874, pero se le fueron añadiendo obras y para el 18 de septiembre de 1947 se inició la decoración que luce actualmente.
Este templo católico sigue siendo un importante destino de las peregrinaciones de los creyentes de la región, y también es empleado para la celebración de ritos indígenas.
Otro edificio que sirve de referencia histórica y embellece Cholula es el exconvento de San Gabriel, fundado por los franciscanos. Con un estilo gótico tipo rococó se empezó a construir en mayo de 1529 y se terminó el 13 de agosto de 1531 efectuada en su totalidad por mano indígena.
Para 1568 era superado en tamaño solo por el templo de San Francisco en Puebla, y había sido propuesto como modelo arquitectónico para templos de mayores proporciones.
Su iglesia consta de una única nave alargada y dividida en varios tramos, de elementos góticos y platerescos, con cerramientos de bóveda de nervadura con tracerías góticas, aunque el interior es ya de estilo neoclásico.
A la izquierda del templo, frente al extenso atrio que reunía a los indígenas durante los oficios religiosos aún se conserva una capilla de estilo mudéjar construida antes de 1540, conocida como Capilla Abierta, Capilla Real o Capilla de Indios, obra única en su tipo en el país.
