Un reporte indicó que en 2018, más de 9 mil personas se movilizaron a través del Cuerno de África y la península Arábiga, principalmente por razones económicas, seguido de huir de conflictos, así como por consecuencia de desastres naturales.
El documento de la Oficina Regional para el Este y el Cuerno de África de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió que el año pasado en esta zona 9 mil 4 personas se movilizaron, asimismo, se tiene conocimiento de 256 personas muertas y ocho desaparecidas.
Los anteriores desplazamientos se debieron al aumento de “una compleja mezcla de crisis prolongadas, conflictos internos emergentes”. La mayoría, es decir, un 46 por ciento migró debido a la situación económica, el 17 por ciento lo hizo para escapar del conflicto, mientras que el 6 por ciento salió de sus hogares como consecuencia de un desastre natural.
Un dato sumamente interesante es que 160 mil personas se movilizaron cruzando el Cuerno de África pasando por Yemen –un país que vive en guerra— en dirección a la península arábiga. El 60 por ciento de las personas registradas en esta ruta ostentaban la nacionalidad etíope, mientras que el 27 por ciento somalí.
En este flujo migratorio, el 48 por ciento se identificaron como hombres adultos, 38 por ciento como mujeres adultas y 24 por ciento menores de edad. Llama la atención ese 4 por ciento compuesto de mujeres embarazadas o lactantes y el 3 por ciento conformado de menores no acompañados.
Esta zona geográfica es por tradición expulsora, de tránsito y recepción. En la actualidad, toda la región alberga a 6.3 millones de migrantes con documentos en regla, 3.3 millones de personas refugiadas y solicitantes de asilo, así como cerca de 8 millones de personas desplazadas internas.
Sin embargo, en 2018 sólo el cuerno de África registró 8 millones de personas desplazadas internas y 3.3 millones de personas refugiadas, lo que llevó a la OIM a concluir que esta región atestiguó dos de las crisis humanitarias más prolongadas en el mundo debido a los flujos expulsores de Somalia y Sudán del Sur, así como los nuevos de Etiopía.
Y es que este último país fue el que más abonó a la categoría de personas desplazadas internas, pues sumó un total de 2.8 millones, le siguió Somalia con 2.6 millones y luego Sudán del Sur con 1.9 millones.
Respecto a la nacionalidad de las personas refugiadas, la líder fue sursudanesa con 2.3 millones, seguida de la etíope con 900 mil y la somalí que registró 802 mil 400. El documento dio a conocer que en esta zona también se experimentan estos flujos migratorios debido a una existente crisis de salud como la vivida en República Democrática del Congo y Uganda con la emergencia del ébola que durante el año pasado registró 59 muertes.
