El número de nacimientos prematuros ha aumentado a uno de cada diez, principalmente por embarazos en adolescentes o de mujeres en edad avanzada, así como por patologías congénitas en los padres, como enfermedades crónico degenerativas, y por preeclamsia.
Así lo reveló Mariana Paulina García Bermúdez, pediatra neonatóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) delegación Puebla, quien explicó que una forma de revertir este fenómeno es a través de un control prenatal que podría determinar algún factor de riesgo como infecciones cervicovaginitis, malformaciones en el bebé o rupturas prematuras de la membrana.
Subrayó que una vez que se conoce del embarazo “cada mes se debe visitar al especialista para hacer ultrasonido y chequeos”; además, destacó que se debe trabajar en la prevención de embarazos en adolescentes.
Asimismo, dijo que gran parte de los ingresos hospitalarios al área de Urgencias, es de embarazadas con alguna patología como diabetes e hipertensión y cuando se presentan los nacimientos pretérmino son trasladadas a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde “el 80 por ciento de los recién nacidos son prematuros”.
Recomendó a las madres y padres primerizos que cuiden la alimentación del bebé, la cual debe ser de leche materna, ya que ésta le garantiza los nutrientes requeridos, le ayudará a ganar peso y generar los anticuerpos necesarios para el periodo de adaptación y crecimiento adecuado.
Alertó que en los recién nacidos se debe prestar atención a ciertos signos de alarma como fiebre, costillas marcadas, vómito, distensión del estómago, respiración muy rápida, el no evacuar, que se pongan moradas las extremidades o el área de la boca, ojos hundidos y labios secos, ante lo cual se debe acudir inmediatamente con un especialista para obtener un tratamiento.
Señaló que deben tener cuidado con la llamada “Muerte de Cuna”, ya que está asociada a padres fumadores, por lo que recomendó no fumar cerca del infante, aunado a esto, deben dormir en una posición adecuada, boca arriba, con las manos libres y hacia arriba, no arroparlos en exceso y no dejarlos solos, con el fin de estar pendientes de sus signos vitales.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
