Morena se parte de cara a las elecciones extraordinarias
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que aunque Morena va en la ruta de ganar la gubernatura de Puebla en las elecciones extraordinarias del 2 de junio, por la ausencia —hasta el momento— de adversarios competitivos de otros partidos, tampoco debe confiarse y dejar que sus conflictos internos se salgan de control.
Las quejas y denuncias que en los últimos días hemos visto, oído y leído de diferentes actores políticos en contra de ciertos nombramientos en el gabinete de Guillermo Pacheco Pulido, las críticas de algunos diputados locales dirigidas a Luis Miguel Barbosa Huerta, Fernando Manzanilla Prieto, Jorge Estefan Chidiac y la secretaria de Salud, Lucía Ojeda Lara, y las acusaciones de actos anticipados de campaña por la pinta de bardas con el nombre de Alejandro Armenta y la leyenda “para gobernador”, hay que inscribirlas en el contexto de las elecciones internas de Morena.
Dos son los grupos que hoy al interior de este partido se disputan la nominación. Uno es el de Luis Miguel Barbosa, que tiene como principales aliados al presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado, Gabriel Biestro Medinilla, y al titular de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto.
El segundo se agrupa en torno al senador Alejandro Armenta Mier, y en él convergen diputados locales que se han distanciado de Gabriel Biestro, entre ellos Héctor Alonso Granados y José Juan Espinosa Torres, la esposa de éste, la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, y la alcaldesa de la capital Claudia Rivera Vivanco y otros munícipes de la región de Tepeaca y Acatzingo.
Ambos grupos tienen, a su vez, el respaldo de figuras nacionales. Con Miguel Barbosa está, de manera destacada, la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, y con Alejandro Armenta, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta y coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila.
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Armenta teje alianzas con morenovallistas para buscar ganar la gubernatura
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que bajo la tutela del senador Ricardo Monreal Ávila, el ex priista Alejandro Armenta Mier ha emprendido dos estrategias fundamentales para buscar ganar –a la buena o a la mala– la candidatura de la coalición Juntos Haremos Historia a gobernador de Puebla. La primera es crear un clima de confrontación, de “guerra sucia”, contra la presidente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, como una manera de victimizarse y crear la idea de que no lo dejan pasar en el camino a la nominación, pese a llevar una supuesta ventaja en las preferencias de los simpatizantes del movimiento lopezobradorista.
Y una segunda estrategia es empezar a tejer alianzas, a tener acercamientos, con importantes actores del morenovallismo, un grupo que se encuentra en la orfandad política y que se niega a perder el poder.
Como ejemplo de la segunda estrategia, se dice que el diputado local del PAN, Marcelo García Almaguer, quien fue el estratega mediático del extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, ha empezado a deslizar la idea –entre panistas– de que sería preferible apoyar a Alejandro Armenta Mier, en lugar de que gane la gubernatura algún otro político de Morena, un priista o incluso un miembro del albiazul ajeno al morenovallismo.
En ese mismo tenor se inscriben las palabras del líder de la CTM, Leobardo Soto, quien pese a ser dirigente del sector obrero del PRI, en los últimos ocho años ha actuado a favor de los intereses político–económicos del morenovallismo. Recientemente el dirigente llamó a reconocer el liderazgo de Alejandro Armenta, en lo que pareció ser una convocatoria a construir una alianza de facto con el senador con licencia.
Asimismo, la regidora del ayuntamiento de Puebla, Libertad Aguirre Junco, quien es parte del equipo de Armenta, se abstuvo en la votación del dictamen de entrega–recepción en el cual se denuncian graves anomalías del ex alcalde Luis Banck Serrato, en lo que parecía ser una actitud de algunos integrantes de Morena de no dañar al grupo político morenovallista.
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