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En esta primera columna quiero comenzar explicando el por qué del nombre de la misma:

Escogí Tlalli porque de acuerdo al Gran Diccionario Nahuatl de la UNAM, significa tierra firme y me pareció que siendo una columna que abordará temas de sustentabilidad es una buena analogía de que todo lo que construimos, desde lo material como los grandes rascacielos, hasta lo ideológico, con conceptos como la democracia, existen en un espacio físico sobre el cual nos movemos, que es nuestro planeta la tierra.

El sociólogo Bellamy Foster dice que “el medio natural es motor de la reproducción social y al mismo tiempo límite de la misma” (Bellamy, 2000)

James O Connor por su parte menciona que “La humanidad está determinada, por un lado, por aquellos fenómenos físicos, geofísicos, biológicos, químicos, etc., que plasman una realidad ambiental y cuya dinámica es la de los fenómenos naturales, y por otro lado por la presencia de la actividad humana, que define la realidad social, realidad que al transcurrir en una dimensión histórica trasciende el medio natural” (O Connor, 2001)

Esta realidad es regulada y modificada por el grupo social vigente de acuerdo con su forma de organización, su sistema económico y su universo de valores; y la realidad ambiental es regulada por sus propios ciclos, bajo su propia dinámica natural.

El tipo de organización actual, que determina la dinámica económica y por ende a la realidad social es el capitalismo, el cual presenta la característica de ser un sistema autoexpansivo de crecimiento económico, que concentra la riqueza, privatiza y devora los recursos y atenta contra las formas de organización que salen de su control.

Por otra parte la naturaleza no es autoexpansiva, los recursos tienen límites, el agua, los combustibles fósiles y los minerales están fijos en términos físicos. “La naturaleza permite la producción humana, al mismo tiempo que la restringe, pero sus ciclos y ritmos no están regidos por la misma lógica de los ritmos y ciclos del capital”. (O Connor, 2001)

Un ejemplo de esta relación es más fácil de aterrizar si pensamos en lo siguiente: miles de años de evolución han hecho que tengamos las características físicas que hoy nos definen como homo sapiens , pero si usamos nuestra imaginación y consideráramos que las condiciones terrestres hubieran sido otras (más oxigeno, clima diferente, alimentos más ricos en hierro, etc.) ¿aún luciríamos como los que ahora somos?, pero aún mucho más interesante es imaginar si con la relación dialéctica entre hombre y naturaleza, ¿estas características diferentes también hubieran traído consigo formas de convivencia social diferentes?, acuerdos sociales distintos, otro tipo de morales y religiones, sistemas económicos desconocidos, etc. , especular con eso es entrar en el terreno de la ciencia ficción, pero lo que sí sabemos es que el medio natural nos determina y que nosotras a su vez también lo vamos transformando.

Uno de los problemas es que nosotros como humanidad nos reproducimos socialmente a un ritmo diferente que el del ambiente y la presión que ejercemos sobre los recursos, el espacio y el clima, están siendo nocivos con otras especies y con nosotros mismos, por lo que al parecer vamos avanzando en un camino que podría terminar por estrellarse.

Es por ello que me pareció tan importante reivindicar la importancia del espacio donde nos desenvolvemos, resaltar la contradicción creciente que estamos gestando entre un sistema económico de crecimiento sin límites (e inequitativo) frente a las restricciones naturales y físicas que el ambiente tiene por ofrecer.

Así que Tlalli se trata de recordar que nos encontramos en esta tierra firme, que hasta que no nos mudemos de planeta, seremos, construiremos y (sobre) viviremos dentro de los límites de nuestro medio natural.

Reflexionar acerca de que exceder esos límites puede ser un acto suicida como humanidad y entender como esta relación no termina en lo ambiental, si no que por eso hablaremos de sustentabilidad, de ecología política, de formas de organización, porque son muchas las variables que se interrelacionan, debemos hablar y criticar el sistema económico que hoy nos ha traído hasta aquí, porque ya no es el tiempo de “acumular para luego distribuir” el desarrollo debe ser a la par y es necesario construir un mundo para todas y todos más justo social, económico y ambientalmente.

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