Se olvidan del efectivo en Cholula para conservar la tradición del trueque
Buscan que trueque de Cholula sea declarado como Patrimonio Cultural. Foto: Especial
Se olvidan del efectivo en Cholula para conservar la tradición del trueque
Se olvidan del efectivo en Cholula para conservar la tradición del trueque. Foto: Especial.

Por un fin de semana se olvidaron del dinero en efectivo en San Pedro Cholula para conservar la tradición del trueque. Comida, ropa, juguetes, herramientas, artesanías, adornos, utensilios de cocina o trastes, fueron dados a cambio de aquello que se necesitaba.

Cada 8 de septiembre la plaza de La Concordia se convierte en un mercado en el que cientos de personas recuerdan la forma más antigua del comercio, aunque los más jóvenes la ven como una actividad turística.

Los adultos mayores —en cambio— consideran al trueque una forma de vida, que no volverá; que se está olvidando y que está perdiendo su valor cultural.

Ellos son los más experimentados en el arte de la negociación. Rodean los puestos con la mirada, ven lo que les gusta y se acercan, lanzan su oferta y casi siempre reniegan de la que reciben.

Hacen una nueva y toman el producto para verlo; lo supervisan minuciosamente, sean aguacates o cucharas. Señalan algún defecto que (en su opinión) disminuye el valor de la mercancía, y dan su última oferta.

El mercader también reniega, defiende la plusvalía y evalúa lo que le ofrecieron, al final, termina cediendo y logra un acuerdo. Se hace el intercambio, se despiden y ahora están listos para repetir el ritual con alguien más.

Para todos los gustos

Aunque hay gente de todas las edades, los más jóvenes se concentran en las artesanías y la bisutería, mientras que los grandes en la ropa y la comida.

Dulces caseros y juguetes de madera son los menos codiciados; muchos se acercan a verlos, les hacen fotos, pero no se los llevan.

“Así es esto”, responde el señor que vende jaleas y frutas en almíbar al reportero que curioso le pregunta por qué da “la prueba” sin estar seguro de que le cambiarán sus productos.

Aunque todavía no pasan las fiestas patrias, abundan las catrinas, las calabazas para “pedir calaverita” e incluso se hayan esferas navideñas hechas a mano.

Los esqueletos en tamaño real con sombreros charros y las figuras de animales hechos con paja que en diciembre cargarán series de luces led, son las estrellas de las “selfies”. La gente joven se forma para pasar a tomarse la foto, posa, sonríe y luego se va en busca de otro escenario.

Así es como las generaciones se juntan para vivir a su manera el mercado de trueque, que en esta ocasión durará dos días gracias al fin de semana y que cada años se realiza en el marco de la feria del municipio.

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