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La paradoja de Andrés Manuel

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que la realidad alcanzó a Andrés Manuel López Obrador. Un cuarto de siglo de organizar y manejar sus campañas electorales en Tabasco, Ciudad de México y tres presidenciales, no le enseñó al futuro presidente de México cómo trabajar en equipo. Por lustros él lo era todo, el centro y la periferia, y cuando la mayoría de quienes veían que caminaba hacia un error y lo conminaban a rectificar el rumbo, decía: “Denme un voto de confianza”. Perdió en las urnas por malas decisiones personales, pero aprendió de las experiencias este año y ganó. Lo que nunca asimiló ni se educó es cómo empoderar a sus colaboradores para convertirlos en fieles intérpretes de sus ideas y propuestas. A poco más de dos semanas de haber arrasado en la elección, lo bisoño de la mayoría de sus colaboradores lo ha puesto en una contradicción que dilapida capital político, a cuatro meses y medio de asumir el poder.

López Obrador parece estar, por primera vez desde que es un actor central en la vida pública de este país, abrumado y rebasado por la realidad de una victoria que no ha disfrutado, pues 48 horas después de haberla alcanzado comenzó el frenesí de su impostura presidencial, generando mayores expectativas y, al mismo tiempo, desdoblando su visión de país a través de lo que dé a entender a sus colaboradores. Sólo a algunos con experiencia les ha permitido no caer en frivolidades ni cometer torpezas, pero la mayoría exuda desconocimiento o ignorancia, muchas veces con la ingenuidad que sólo la da lo precario de la experiencia.

El momento más dramático ha sido el desmentido del Vaticano al anuncio de que el papa Francisco había aceptado participar desde la sede de la Iglesia católica, en el centro de Roma, a través de Skype, en los foros que sobre seguridad anunció López Obrador que realizaría para formular su estrategia de seguridad pública. Loretta Ortiz, coordinadora del Consejo Asesor para Garantizar la Paz del próximo presidente, anunció que el Papa había confirmado su participación. Cuando el vocero vaticano dijo que era falso, Ortiz explicó que el Papa le había confirmado a uno de sus colaboradores durante la audiencia pública de los miércoles en la Plaza de San Pedro. Sólo un novato con preparación diplomática nula pudo haber creído que una charla extraoficial, como son las que se dan en ese espacio, pudo haber sido una confirmación. De protocolos no conocen, de política tampoco.

Pero lo mismo podría alegar de los anuncios diarios sobre las cosas que piensa hacer en el próximo gobierno. Si desaparecen subsecretarías, ¿dónde queda la que llevaba las relaciones con las iglesias que estaba en Gobernación? Si borrarán la mitad de las subsecretarías de Educación, ¿desaparecerá la estratégica de Planeación, Evaluación y Coordinación, o cuál de las de educación básica, media superior o superior? ¿Quién se encargará de hacer los mapas de riesgo para la seguridad nacional, o dará seguimiento a los potenciales terroristas o a los movimientos armados ahora que la nueva Secretaría de Seguridad Pública absorba al Cisen? Si se reduce a la mitad el salario de miles de burócratas, ¿por qué López Obrador, quien había dicho que no se afectaría a los trabajadores de base, dice ahora que a quien no le guste que acuda a los tribunales laborales ante ese eventual acto ilegal? Como en este caso hay una potencial violación al artículo 123 constitucional, para que el Estado Mayor Presidencial deje de hacer las funciones que realiza desde 1823, tendría que reformarse la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas.

Las ligeras declaraciones del futuro gabinete de López Obrador están añadiendo incertidumbre a la calidad de sus integrantes. Pero sobre todo, están acumulando desgaste mucho tiempo antes de que empiece propiamente ese proceso con el arranque de su administración. La paradoja es que el político centralizador por excelencia, de cultura vertical en el manejo del poder, podrá controlar las líneas generales de su equipo y pensar que por ósmosis puede transmitirles todo el desarrollo de cada una de ellas –en el supuesto de que sí lo trae en el pensamiento–, no está siendo eficiente. Se entiende, porque de lo que estará a cargo es de la presidencia; no se comprende por qué, sabiéndolo, no haya preparado el andamiaje para enfrentar esta nueva realidad.

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De cómo Putin arrolló a Trump

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que penoso observar cómo el presidente de Rusia hizo pomada al de Estados Unidos. Yo no había visto algo semejante en mi vida. Fue cómo ver un partido entre la selección de Francia en contra del Cruz Azul (y yo le voy a este equipo). Un encuentro entre un político profesional y sazonado con un amateur cretino y engreído.

La sola reunión de Putin con Trump ya fue una victoria para el ruso. Después de la guerra que emprendió en contra de Ucrania y la anexión de Crimea, los gobiernos de las democracias occidentales, incluyendo Estados Unidos, habían castigado y aislado al gobierno ruso. Sin embargo, en 2016 ganó Donald Trump las elecciones presidenciales en ese país y, como por arte de magia, todo cambió. El nuevo Presidente se mostró interesado en reintegrar a Putin como líder mundial.

Aquí entra, desde luego, lo que han comprobado ya varias agencias de seguridad de Estados Unidos. Tanto el FBI, como la CIA y la NSA han presentado evidencia de que el gobierno de Rusia intervino en las elecciones de 2016 favoreciendo la campaña de Trump.

De hecho, días antes de viajar a Helsinki para reunirse con Putin, Trump se enteró que el fiscal especial que investiga el caso de la intervención rusa, Robert Mueller, había indiciado a 12 individuos rusos por hackear el servidor del Comité Nacional del Partido Demócrata.

Hasta el momento, hay un total de 191 personas procesadas por la llamada “trama rusa” que pone en entredicho la legitimidad de Trump. Llegó Putin a Helsinki engrandecido. El Mundial de Futbol en su país había sido un éxito para transmitir al mundo la imagen de un país ordenado y próspero. Una Rusia orgullosa al mando de su nuevo zar.

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Minipartidos después del 1-J

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que es más importante el arte que el artista, ¿o es al revés…? Florestán

Solo un partido se ha dado cuenta de que perdió las elecciones el pasado 1 de julio, el PRI, cuyo dirigente René Juárez renunció al cargo no obstante las voces que le pedían que no lo hiciera y se fue el lunes con una fuerte crítica a lo que recibió y cómo lo operaron: lejos y a espaldas de las bases.

Los demás como que no se han enterado de que el viejo sistema de partidos desapareció aquel mismo domingo al surgir una nueva realidad: Morena con Andrés Manuel López Obrador.

En el PAN, tras el fracaso de su frente con PRD y MC, se vive una lucha frontal por su dirección cuando no han hecho un análisis ni se han atrevido a mirarse hacia dentro. Un partido no solo derrotado, sino roto y dividido, y, lo peor, enfrentado. Y así, como si no les hubiera pasado nada, surgen protagonismos que lo quieren presidir: Ernesto Ruffo, Jorge Luis Preciado, Marko Cortés, el bloque de seis gobernadores e integrantes del grupo Anaya, sin que éste haya hecho una sola declaración desde la derrota en las elecciones presidenciales. Solo Miguel Márquez que, pudiendo, dijo no.

El PAN debe hacer una revisión del error histórico de eliminar figuras, anular su proceso de selección de candidatos y aliarse a la izquierda, todo para satisfacer una ambición personal, la de Anaya, que al final resultó un fracaso desastroso.

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Se olvidan de AMLO en La Habana

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que llamó la atención el cierre de los trabajos del Foro de Sao Paulo en La Habana, Cuba, con la presencia de líderes de izquierda de la región. De hecho estuvieron presentes el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez. Hicieron pronunciamientos sobre el avance de la derecha en América Latina, la derrota electoral de Cristina Fernández, “la persecución” contra los ex mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, y de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, entre otros temas, pero no se mencionó el triunfo apabullante del izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México. ¿Habrá sido un olvido?

Ven patas para gallo a Roberto Gil

Hace unos días, gobernadores del PAN se mostraban cautos frente a los gallos que comienzan a cantar sus ganas de pelear la presidencia del partido, en sustitución de Damián Zepeda. Pero las circunstancias han cambiado, nos comentan, y algunos mandatarios azules comienzan a ver patas para gallo al senador con licencia Roberto Gil para buscar la dirección del partido, en fórmula con el diputado electo por Coahuila Luis Fernando Salazar, quien ocuparía la Secretaria General. Dentro y fuera de las filas panistas, nos hacen ver, consideran a don Roberto como un político que tiene argumentos, que sabe escuchar y llegar a acuerdos fiables. Gil no ha dicho que no y en política nada es seguro…

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que después de la tunda que recibió el 1 de julio, el PRD presidido por Manuel Granados empezó a dar señales de vida, pero solo para anunciar que entra en un “proceso de reflexión profunda”, que incluye un “corte de caja” en el que quiere “rescatar las cosas positivas” de la elección. Es decir, se reúne el Comité Ejecutivo Nacional para dar a conocer que el partido sigue en coma.

Vaya tarea en medio de la debacle que supuso su alianza con el PAN, pues quedó en calidad de chiquillada y sí, ahora hasta el eventual cambio de nombre es parte de su retiro espiritual. En el punto de ser una “oposición” al futuro gobierno federal no hay sorpresas, pues han sido opositores a AMLO, con Los Chuchos a la cabeza, desde los tiempos en que el hoy virtual presidente electo aún militaba con ellos.

Que a ver cómo le salen las cuentas al PVEM en Chiapas cuando entregue sus reportes de gastos, porque la oposición le tiene el ojo puesto al candidato a gobernador Fernando Castellanos y obtuvo las bitácoras de vuelos privados que hizo el aspirante del partido del tucán para trasladarse en su campaña.

El ex acalde de Tuxtla Gutiérrez usó en ese periodo un Lear Jeat 28, matrícula XB-JHV, propiedad de Air One Ambulance, y para trasladarse hace unos días de aquella capital a Tapachula con cuatro acompañantes.

Que a partir de hoy, la PGR, a cargo de Alberto Elías Beltrán, estrenará sus nuevas instalaciones en la Glorieta de Insurgentes, luego de que el edificio inteligente de Paseo de la Reforma 211, que se inauguró durante el mandato de Vicente Fox, resultó afectado con el sismo del 19 de septiembre de 2017.

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