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Crisis en el Partenón

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que cuando llegó a la Presidencia, Enrique Peña Nieto tenía un equipo compacto de tres pilares: el de Luis Videgaray, su secretario de Hacienda; el de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y el de Aurelio Nuño, jefe de la Oficina en Los Pinos. La sucesión presidencial quebró ese equipo, los distanció y los enfrentó. Hoy en día, esa brecha se ha profundizado. En las antípodas del kitchen cabinet de Peña Nieto se encuentra quien se sintió injustamente relegado de la candidatura presidencial, que se sentía con los méritos y que hoy está haciendo campaña para él, no buscando los votos para el candidato José Antonio Meade. Es la rebelión de Miguel Ángel Osorio Chong, que ha generado un conflicto en gran ebullición en los pasillos palaciegos.

Osorio Chong, número dos en la lista plurinominal del PRI al Senado, es el responsable de las campañas de los candidatos a senadores. Sin embargo, el trabajo de articular la búsqueda de votos para esa cámara y la de votos para Meade, ha sido deliberadamente incumplido. En los últimos 10 días, Osorio Chong ha estado en eventos priistas con candidatos al Senado en Chihuahua, Hidalgo, Puebla y Sinaloa, donde ha hecho las arengas para que peleen por los votos, pero en ningún momento ha mencionado a Meade, ni apelado a que también trabajen para granjearle sufragios en la urna presidencial. Priistas que han estado en esas reuniones han registrado extrañados la actitud del exsecretario de Gobernación.

La acción de Osorio Chong no puede decirse que haya sido resultado de una actitud producida por el berrinche por no haber sido el candidato presidencial. Tras la unción de Meade, fue lastimado innecesariamente por el equipo que se quedó con la candidatura. La primera señal abierta de la hostilidad fue la selección de su suplente en el Senado, Francisco Guzmán, incondicional de Peña Nieto, y quien sustituyó a Nuño en la Oficina de la Presidencia. La cuña, de acuerdo con un priista que entiende los mensajes del poder, equivalía al recordatorio permanente que en cualquier momento podrían quitarlo del Senado.

El maltrato a Osorio Chong tocó niveles extraordinarios la semana pasada, cuando Peña Nieto admitió públicamente que la estrategia de seguridad había fallado. Cinco años y medio después de haber apoyado a su secretario de Gobernación, y adoptado su discurso para explicar el incremento en los índices de violencia, rectificó, responsabilizándolo, sin mencionarlo de tal fiasco, a Osorio Chong. Inmediatamente después, Meade se montó en las palabras del Presidente y se sintió libre para cuestionar las fallas que se tuvieron en el tema de la seguridad.

Los golpes contra Osorio Chong se venían dando mientras el aspirante al Senado ya estaba en campaña para él mismo, ignorando a Meade. El reporte de lo que estaba haciendo su viejo amigo, con quien construyó su candidatura presidencial desde que ambos eran gobernadores, lo recibió Peña Nieto en Hannover, a donde llegó el viernes pasado para participar en la inauguración de la Feria Industrial donde México fue el invitado de honor. El Presidente autorizó que se hablara con él –no se sabe quién sería el emisario y si ya se dio ese encuentro–, y con el líder del PRI, Enrique Ochoa, a quien se le informó días antes de lo que estaba haciendo Osorio Chong sin que tomara medidas para contrarrestarlo. En las pláticas probablemente se le planteará, sutilmente, la amenaza de que podría no ser el coordinador de la bancada del PRI en el Senado, si no modificaba su actitud.

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¿Qué hará el PRI cuando vea que perderá la Presidencia?

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que antes del debate, el candidato del PRI a la Presidencia estaba en los huesos. De acuerdo con el Modelo Poll of Polls de Javier Márquez, publicado en oraculus.mx, Meade contaba con el 21% de las intenciones de voto efectivas (descontando la no respuesta en las encuestas). Es el mismo nivel que la obtenida por el PRI en su peor elección presidencial, la de 2006, cuando Roberto Madrazo sacó el 22% de los votos quedando en un lejano tercer lugar.

Desde el debate, no ha salido ninguna encuesta de vivienda para ver si este número cambió. Sospecho que, en el mejor de los casos, las preferencias a favor de Meade no se modificarán y, en el peor, bajarán. No creo que subirán porque al candidato priista no le fue bien en el debate. Ante la realidad de una posible
derrota de Meade, ¿qué harán los priistas?

Pueden, como suele suceder con todos los partidos, negar la realidad. Convencerse que las cosas no están tan mal, que hay encuestas —telefónicas, de Facebook, Twitter o de casas encuestadoras cercanas al gobierno o al tricolor— donde Meade aparece en segundo lugar, como si esto fuera verdad. Los priistas, desde luego, están en su derecho de negar la realidad. Allá ellos.

Otra opción es apostarle a lo que ellos llaman “la operación de tierra”. Es típico en el tricolor cuando les son desfavorables las encuestas, presumir que pueden ganar porque habrá un masivo operativo de movilización el día de la elección. Cuando los priistas empiezan a hablar del arribo de los “generales de tierra” a la campaña, que están armando la estrategia de conquista del voto con su peculiar tecnología de movilización, es porque ya perdieron. En la gran mayoría de los casos, dicha “operación” es pura fantasía. Por lo general, los “operadores de tierra” se quedan con el dinero que les da el partido para su provecho personal. El PRI también está en su derecho de creer que pueden ganar la elección presidencial con este tipo de sueños onanistas.

La alternativa más dura es asumir que Meade perderá y actuar en consecuencia.

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Saldos del debate

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que ¡Ah si las plazas y auditorios votaran…! . Florestán

Del debate del domingo entre los candidatos presidenciales hay varios saldos.

En primer lugar, el reposicionamiento de Ricardo Anaya tras semanas de ser rehén del tema inmobiliario y las acusaciones de lavado de dinero, a pesar de que José Antonio Meade lo equiparó con el modus operandi del ex gobernador de Quintana Roo Roberto Borge, preso y sujeto a proceso.

Luego el caso de Andrés Manuel López Obrador en ese escenario que le altera. Lo suyo es la plaza con su amplia feligresía que le apoya, respalda y celebra todo. No le gusta eso de compartir espacio con opositores, ya electorales, ya intelectuales, como lo dejó ver con su actitud: llegó sin saludar a nadie, ni a candidatos ni conductores, y así se fue antes que nadie, sin despedirse. Hubo un instante que retrató las dos personalidades, cuando José Antonio Meade fue a estrecharle la mano hasta su atril, lo que no hizo ningún otro, momento que sorprendió al tabasqueño que no tuvo el mejor desempeño aunque a la medianoche subiera un video donde se declaraba ganador. Del lenguaje físico ya hablarán los especialistas, pero no estaba cómodo y mandó el mensaje de enojo.

Punto culminante fue cuando Meade lo señaló como propietario de tres departamentos, luego fueron dos, a lo que replicó que si los encontraba se los regalaba, lo que el ciudadano del PRI documentó el lunes por la tarde y que de nuevo López Obrador negó diciendo que se los había donado o heredado a sus hijos, mitad para ellos, mitad para mí, lo que siendo cierto, no consta en el Registro Público de la Propiedad.

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La patraña del avión presidencial

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que de la montaña de mentiras que dijeron los candidatos presidenciales durante el primer debate —engaños de los que nos ocuparemos a partir de hoy— destaca la patraña de que en un eventual gobierno de Morena, Andrés Manuel López Obrador “venderá el avión presidencial”.

La mentira ha sido repetida miles de veces en las plazas de todo el país por el candidato López Obrador. Incluso ya es parte de los spots del candidato de Morena, sin que el INE haya reparado en el monumental engaño para cancelar la difusión de dicho spot.

¿Por qué es una mentira?

Primero, por qué en un sistema presidencialista como el mexicano, el jefe del Ejecutivo no es dueño de nada durante el desempeño de su encargo. Es decir que el presidente mexicano, cualquiera que sea su pertenencia partidista, no es más que un empleado al que los ciudadanos le otorgan el mandato mediante el voto.

Segundo, en una democracia representativa dominada por un sistema presidencialista, el primer mandatario es solo depositario del mandato ciudadano. A su vez los ciudadanos son los mandantes —los que otorgan el mandato—, los jefes o patrones del presidente.

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¿Castañeda y AMLO, viejitos?

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que este martes hubo un debate del debate presidencial. En este encuentro participaron los coordinadores de campaña de los cinco candidatos presidenciales. Nos cuentan que hubo críticas y cuestionamientos fuertes contra Tatiana Clouthier, por la amnistía propuesta por Andrés Manuel López Obrador a los criminales. El encuentro fue moderado por el ex presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, quien en una parte preguntó: ¿quién quería hablar? Tatiana y Jorge Castañeda levantaron la mano y ella cedió su lugar con la frase: “primero los viejitos”. Entre broma y broma, el comentario no le agradó mucho al ex canciller, quien reviró unos minutos después: “Te referías a mí como el viejito Tatiana, sí, pues tengo la misma edad que Andrés”. Después, el coordinador de campaña de Ricardo Anaya aclaró que AMLO es tres meses menor que él y lo respeta, pero si a él lo llama así, también debería llamarle viejito al tabasqueño.

Bolaños va por la silla del Cuau

Entre gritos y jaloneos que se dieron hoy en la Cámara de Diputados, el que se llevó las palmas fue el diputado del PAN Javier Bolaños. El pleno de San Lázaro aprobó su licencia para separarse del cargo a partir del 13 de mayo. Compañeros del panista y otros de varias bancadas, se acercaron a felicitarlo al término de la sesión. Don Javier se desempeñó como vicepresidente de la Mesa Directiva, misma que dirigió durante la primera mitad del segundo año de ejercicio de la LXIII Legislatura, y dejará su curul para ir por la presidencia municipal de Cuernavaca, que ocupó el futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien hoy como moreno busca la gubernatura del estado de Morelos.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que hoy visita el presidente Enrique Peña Nieto la Casa México en el barrio de Argüelles de Madrid, con la participación de empresarios como el filántropo Valentín Díez Morodo, quien encabeza el patronato; la directora del recinto, Ximena Caraza, y artistas de la talla del pintor oaxaqueño Sergio Hernández.

El edificio, obra del arquitecto Luis Bellido, fue construido en los años 20 del siglo pasado y entregado en abril de 2017 por la alcaldesa Manuela Carmena al canciller Luis Videgaray, quien tuvo mucho que ver con la consumación del proyecto.

Que el primero en dar el “sí” a Citibanamex, para asistir a su Reunión Plenaria de Consejeros 2018, fue el candidato de la coalición que lidera Morena, Andrés Manuel López Obrador, encuentro al que ya confirmaron los otros cuatro aspirantes a la Presidencia de la República.

La reunión se iniciará hoy con una cena de gala para los consejeros y los trabajos serán jueves y viernes, todo en calidad de acto privado, en el hotel Presidente Intercontinental.

Que AMLO insistió en que José Antonio Meade se resbaló con el tema de los departamentos y ayer publicó el juicio intestamentario de la que fue su esposa, Rocío Beltrán, la escritura pública de donación a sus hijos y la de los inmuebles que, dice, demuestran que ya no es el propietario.

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