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Frivolidad en la 4a Transformación

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que el cambio de régimen por el que votaron más de 30 millones de mexicanos el 1 de julio, está resultando lampedusiano. Es decir, cambiar para no cambiar. O, ¿cómo se puede explicar la última portada de la revista de la plutocracia? En la edición de ¡Hola!, que comenzó a circular este jueves, aparece en su portada la fotografía de los novios César Yáñez, el incondicional colaborador de décadas de Andrés Manuel López Obrador, y Dulce Silva, que se casaron el sábado pasado en Puebla. “Entramos en la celebración de la que todo el mundo habla”, presume con razón la revista, que colocó también la fotografía del presidente electo junto a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. La lucha de clases impulsada por López Obrador desde los 90 en Tabasco, resuelta en la unión de las clases ante la venia metafísica de Dios.

El scoop –como se llaman los grandes golpes periodísticos– es de antología, pero no por el hecho en sí mismo de mostrar una vez más su músculo para entrar a las alcobas y los salones de los poderosos, que es la fórmula mágica de la revista del corazón más longeva en el mundo, sino por lo que significa. El festejo de Yáñez, la sempiterna sombra de López Obrador, quien hizo de sus votos de sencillez y austeridad su impronta, es la contradicción de lo que ha sido el presidente electo y el insulto frontal a los millones de mexicanos que fueron a las urnas para aplastar al statu quo y sepultarlo por todos sus excesos y abusos.

Hace apenas tres semanas se refirió en este espacio al reportaje de portada de ¡Hola! dedicado a Paulina Peña Pretelini, la hija del presidente Enrique Peña Nieto, en donde se mencionaba su insensibilidad política. “La falta de recato de la familia presidencial y de prudencia por parte del presidente, lo vuelve a exhibir ante la opinión pública como un hombre frívolo, que o no tiene control sobre su familia, o está rebasado por ella”, se apuntó. “Ningún presidente antes que él había permitido la utilización de una revista del corazón como vehículo de comunicación política, porque esto es, comunicación política. La revista de la monarquía y la aristocracia, de los millonarios y los pudientes, escogida como el escaparate de fin de sexenio de la familia presidencial”.

El pecado de Peña Nieto, cuya familia se comportó como nueva rica cuando se mudó a Los Pinos y cuya proclividad a abrirle las puertas a las revistas del corazón detonaron un amplio repudio, se reproduce ahora con el hombre, fuera de su familia, más cercano a López Obrador, quien a lo largo de su carrera ha hecho de la crítica a esas desmesuras un canto contra los privilegios y una retórica donde ha logrado que la sociedad lo use como sinónimo de corrupción. Yáñez le pegó un tiro político debajo de su línea de flotación con la organización de su boda, fuertemente criticada en los medios de comunicación, que recuperaron la descripción que hizo de ellos –de nosotros todos– el presidente electo cuando la describió como “prensa fifí”, para responderle que esa boda donde fue testigo de honor, fue una “boda fifí”.

Los voceros oficiosos del presidente electo buscaron a través de sus escondites, como francotiradores en las redes sociales, increpar a los críticos con el argumento de que no se habían utilizado recursos del erario, por lo cual no tenían sustento los señalamientos. Absurdo. La casa blanca de Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera también fue adquirida con dinero que no salió del erario, y sin embargo se le acusó de corrupción. ¿Por qué la “boda fifí” y la casa blanca son distintas? No es un tema de que se pagaron ambas con el dinero de sus ingresos por actividades no públicas, sino por lo que representan los excesos privados en personas públicas. Forma sí es fondo. Yáñez y su jefe López Obrador pudieron no haber previsto –aunque parezca inverosímil– la reacción por los excesos kitsch de nuevo rico de la ceremonia religiosa del sábado pasado, pero sí debían haber sabido lo que significaría aparecer en la portada de ¡Hola!

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Calderón, aquel intento golpista en 2006

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que es un pendejo con piel de cordero. Florestán

Roberto Madrazo tuvo un ataque de memoria y 12 años después se vino a acordar que en las elecciones presidenciales de 2006, cuando fue candidato del PRI, Andrés Manuel López Obrador, según sus actas, ganó la Presidencia a Felipe Calderón.

Yo retomo el tardío ataque de memoria de algo que guardó en secreto 12 largos años y que ayer, el mismo Calderón, en Radio Fórmula, descalificó rotundamente como un acto de oportunismo y falso: ni en las actas de Madrazo, que eran las del PRI, ni en las de ningún otro partido o candidato, Andrés Manuel estuvo arriba, además que él en lo personal no tenía acta alguna.

Luego recordó que aquella noche del 2 de julio de 2006 el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, salió a las 11 a decir que por ser tan estrecha la diferencia no podía declarar un ganador, lo que hizo un enorme daño al país porque sembró la duda sobre mi victoria y permitió, irresponsablemente a quienes perdieron, hacer una intentona de golpe de Estado que quisieron culminar impidiendo mi toma de posesión —el 1 de diciembre en San Lázaro—, cosa que no lograron.

—Eso es una afirmación muy grave —le dije.

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El Madrazo a Calderón

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que tremendo alboroto ocasionó Roberto Madrazo, ex candidato presidencial del PRI, con aquello de que en sus actas iba triunfando Andrés Manuel López Obrador en la elección de 2006. Y, nos comentan, si buscaba congraciarse con AMLO, pudo armar mejor su historia. El dicho, 12 años más tarde, echaría por tierra nada menos que la “verdad histórica” de la próxima nueva clase política. ¿Por qué? Bueno, porque actas y votos no son lo mismo. Nos recuerdan que las actas no daban arriba al tabasqueño y de ahí la exigencia de contar voto por voto. Ciertamente, nos mencionan, PRD, PT y Movimiento Ciudadano, que postularon entonces a López Obrador, no lograron tener representantes en todas las casillas y no tuvieron todas las actas, pero éstas no eran lo importante para el entonces aspirante presidencial, quien quería el conteo total de los votos. Si hubieran abierto todas las urnas para el voto por voto en 2006, la verdad se abriría paso para don Andrés Manuel. Lo cierto en este momento es que don Roberto le puso un duro Madrazo a Felipe Calderón.

Hágase la austeridad en los de abajo

En las cámaras de Diputados y Senadores, nos dicen, crece el descontento de los trabajadores más modestos a quienes se les han quitado sus prestaciones, como los vales de despensa, incluso de montos muy pequeños. Todo por los “decretos” de las directivas de Morena que tienen el control en el Congreso. Las voces del malestar, nos informan, empezaron a expresarse, sin intermediarios, por parte de quienes carecen de respaldo sindical, principalmente de empleados por honorarios. Nos explican, por ejemplo, que en San Lázaro les quitaron el apoyo para despensa de 300 pesos, a quien tiene salarios bajos y que la acción la ven como una falta de solidaridad con quienes menos tienen. Y la pregunta que surge es si el presidente electo Andrés Manuel López Obrador está enterado de ese tipo directrices. ¿Hay piso parejo en el Congreso?

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que en el equipo del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, aseguran que los abucheos de ayer en el acto público de Andrés Manuel López Obrador en Cuernavaca no fueron espontáneos, sino fuego amigo.

Señalan a Rabindranath Salazar como el responsable de mandar a sus huestes como desquite contra el ex americanista por haberle hecho el feo como delegado estatal del próximo gobierno federal. ¡Zas!

Que después de que Margo Glantz se bajó del FCE por estar insatisfecha con múltiples temas relativos a privilegios imposibles de cumplirle, ahora se confirma que Paco Ignacio Taibo II entrará al quite.

En un video difundido en redes sociales, el escritor informó que luego de reunirse con el Presidente electo decidió aceptar dirigir el fondo.

Que el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, mandó al aguerrido senador guerrerense Félix Salgado Macedonio una carta de felicitación por su nombramiento como presidente de la Comisión de Defensa Nacional.

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