Hace unos días, al Aquarius, embarcación que brinda rescate a personas migrantes y refugiadas, se le avisó que, derivado de la presión de Italia, se quedaría sin bandera, además, tampoco se le permitió que tocara el puerto de dicho país.
El pasado 22 de septiembre, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée recibieron un anuncio de parte de la Autoridad Marítima de Panamá en el que se advirtió que derivado de la “presión económica y política” del gobierno de Italia, se daría inicio a la revocación de su registro, lo que dejaría a la embarcación sin una bandera y sin poder seguir rescatando.
Según un comunicado desplegado en la página electrónica de SOS Méditerranée, los integrantes de las ONG se encuentran “tremendamente impactados” y advirtieron que esta situación se presenta incluso cuando se apegan a las normas marítimas de Panamá.
En ese texto se comunicó que el Aquarius es la “única embarcación de la sociedad civil que está llevando a cabo tareas de rescate en el Mediterráneo Central, un área con alto número de pérdidas humanas”.
En ese documento se instó a las autoridades europeas a permitir que el barco continúe con sus labores o, en su caso, les emitan una bandera bajo la cual puedan seguir el curso de sus actividades.
Suben probabilidades de morir en 3 años
El texto también denunció que una persona refugiada o migrante tiene más posibilidades de morir ahogada en esta ruta, en comparación con alguien que realizó la misma travesía en el año 2015.
La comunicación oficial, asimismo, difundió la opinión de Karline Kleijer, responsable de emergencias de MSF, quien expuso que al mismo tiempo que los líderes europeos han expresado: “ninguna persona debería morir en el mar”, también han aplicado políticas que han sumado a la crisis humanitaria.
El Aquarius lleva a bordo a 58 personas rescatadas, pero ni eso influyó para que Francia le permitiera tocar su suelo y poner a salvo a quienes sobreviven, tras unas horas de incertidumbre –que recuerdan a la prohibición de Italia de anclar en sus puertos— Malta aceptó que la población rescatada pise su territorio y desde ahí se les traslade a los otros países europeos que les acogerán.
Sin embargo, Malta no desaprovechó la oportunidad para recordar el estado del barco, pues su primer ministro, Joseph Muscat, advirtió en Twitter que Aquarius “necesita resolver su situación actual”.
Esta no sería la primera ocasión que Italia actúa hostilmente en contra del Aquarius o de quienes salvan vidas en el Mediterráneo, pues el año pasado impuso nuevas medidas de acción que fueron ampliamente cuestionadas por las personas trabajadoras humanitaria y los colectivos defensores de derechos humanos.
En tanto, el recorrido del Aquarius puede seguirse en vivo mediante la página electrónica de onboard-aquarius.org.