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La receta falsa

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que nada hay más rápido que necesite el presidente electo Andrés Manuel López Obrador que hallar una solución al fenómeno de la violencia y al problema de la inseguridad, que espera encontrar con la ayuda de las conclusiones de una serie de foros, que este martes arrancaron en Ciudad Juárez. López Obrador ha pensado fuera de la caja para abordar el fenómeno, como una amnistía limitada a quien participe del narcotráfico, o la despenalización de la amapola con fines medicinales, que según Olga Sánchez Cordero, la próxima secretaria de Gobernación, genera miles de millones de dólares, y México ha perdido por no participar del negocio del abastecimiento de los grandes laboratorios químico-farmacéuticos que la utilizan para hacer medicinas. Por ejemplo, la OxyContin.

OxyContin es producido por Purdue Pharma, la compañía estadounidense que, de acuerdo con un nuevo libro, Dealers, Doctors, and the Drug Company That Addicted America (Distribuidores, Doctores y la Compañía de Medicinas que hizo Adicto a Estados Unidos), escrito por la periodista Beth Macy, es la principal causante de la peor crisis de salud en la historia de Estados Unidos. La historia de Purdue Pharma y su pastilla adictiva es un preámbulo del territorio que quiere estar pisando el próximo gobierno de López Obrador, donde las ganancias para todos, menos los pacientes, y la avaricia de la riqueza rápida provocaron una tragedia en esa nación.

Macy narra cómo Purdue Pharma impulsó su medicamento desde que salió a mediados de los 90, con regalos a los doctores a quienes les llevaban muestras, desde viajes turísticos todo pagado hasta pavos para el Día de Acción de Gracias. Los doctores comenzaron a recetar OxyContin de forma por demás entusiasta. Sólo en los primeros cinco años de tener la medicina en el mercado, señala Macy, las ventas subieron de un millón a 40 millones de dólares, que le produjo bonos trimestrales a sus mejores agentes de 100 mil dólares. Las consecuencias se comenzaron a ver rápidamente. Sólo de septiembre de 2016 al mismo mes en 2017, produjo la muerte de 45 mil personas. “Esto no fue causado por los cárteles mexicanos o los talibanes en Afganistán”, escribió Misha Glenny el sábado pasado en las páginas editoriales del Financial Times. “El origen de la tragedia de los opiáceos en Estados Unidos descansa en las estrategias de las compañías químico-farmacéuticas”.

En particular, señala también Glenny, Purdue Pharma, que por casi un cuarto de siglo ha empujado agresivamente sus medicamentos contra el dolor con un contenido sintético de opiáceos, lo que resultó en que “millones de estadounidenses se hayan convertido irremediablemente en adictos”. Macy apunta que la adicción de cuatro de cada cinco de sus compatriotas fue producida por esas pastillas que se expandieron dentro del sistema de salud privado de Estados Unidos. Los laboratorios están siendo sujetos a una creciente crítica en el mundo industrializado por lo que han dañado la salud, sin saberse con certeza hacia dónde se moverá el mercado. Es cierto, como dice Sánchez Cordero, la heroína, de donde se producen la morfina y las medicinas contra el dolor, representan un negocio multimillonario del cual México no tendría por qué estar ausente, si es uno de los grandes productores de esa droga.

El otro argumento del próximo gobierno es que al despenalizar la heroína, con fines medicinales, sería un incentivo para reducir la violencia. Esa afirmación, sin embargo, es debatible, porque va acompañada por mantener la guerra contra las drogas, lo cual ha probado en otras latitudes su poca efectividad. Los talibanes son un ejemplo en Afganistán, que es una de las 18 naciones que producen legalmente heroína. Los talibanes no lo hacen por esa vía, sino por la vía ilegal, con redes de distribución y comercialización en Estados Unidos que les da recursos suficientes para mantener a sus ejércitos armados.

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La corte, el último dique

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que y ayer fue otro día. Florestán

Una de las preocupaciones ante la fuerza legítima con la que Andrés Manuel López Obrador iniciará su gobierno el 1 de diciembre es la de los contrapesos que solo dan, a nivel público, la división de poderes y los organismos autónomos, y a nivel privado las cúpulas empresariales, los medios y las organizaciones de la sociedad civil.

El nuevo Presidente tendrá con los suyos, aliados y los que se le sumen, una mayoría calificada en el Congreso que no será contrapeso, la oposición ha sido reducida a sus mínimas expresiones históricas, y a la hora de votar, mayoría es mayoría, y ésta es para ejercerla en apoyo de programas de gobierno, como ocurre en las democracias. Pensar otra cosa es no querer ver una realidad legítima porque 53 por ciento de los votantes así lo decidieron.

En otros frentes hemos visto el giro oportunista de las cúpulas empresariales, que de ser sus más feroces detractoras y financiadoras de opositores, se entregaron en un instante en una indigna cargada encabezada por algunos de los más emblemáticos integrantes del Consejo Mexicano de Negocios —¿recuerdan aquel video?— por lo que no se les puede ver como contrapeso. Lo suyo son los intereses. En los grupos de la sociedad civil son pocos los que han decidido mantener su postura crítica y vigilante, y los medios fijarán cada uno su posición en el día a día. En el caso de los organismos públicos autónomos, el mismo López Obrador ha reiterado su respeto absoluto.

Por lo que toca al Poder Judicial, está el compromiso de respeto que hizo el miércoles en su discurso en el Tribunal Electoral: El Ejecutivo no será más el poder de poderes ni buscará someter a los otros.

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El Betito y su coartada

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que entre los elementos de la Policía Federal que hicieron el operativo, que se aventaron “el tiro” de la captura de Roberto Moyado El Betito, comentan que el líder del Cártel de la Unión de Tepito “ya se la sabía”, porque tenía dos tretas: se había sometido a cirugía con diversos tratamientos para ocultar su verdadera identidad y se negaba a permitir que se le realizaran tomas de sus huellas dactilares para evitar que cotejaran su verdadera identidad. Pero los federales del Comisionado General de la PF, Manelich Castilla Craviotto, también se sabían el truco de El Betito y mandaron a un equipo de criminalistas de la División Científica de la Policía Federal, quienes le realizaron pruebas hasta de ADN, con las que no habrá forma de que el presunto jefe de la Unión Tepito pueda negar su código postal.

Día de cabildeo panista

Hoy será un día movidísimo entre los dirigentes del PAN, antes de la sesión ordinaria del Consejo Nacional del partido, programada para mañana sábado. Nos comentan que los interesados en ocupar el cargo de presidente panista, actualmente a cargo de Damián Zepeda, van a tener una actividad frenética entre los consejeros azules, para que designen a la cabeza de la Comisión Organizadora Electoral con un perfil imparcial, alguien que no cargue los dados en la elección del nuevo líder azul. Al mismo tiempo, nos explican, los suspirantes a suceder a don Damián, un incondicional del ex candidato presidencial Ricardo Anaya, aprovecharán la visita de los consejeros para presentar sus cartas credenciales. Total, que con fuerte actividad los azules darán el banderazo al cambio de dirigente, hecho que consideran urgente de cara al nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que la visita de López Obrador modificó el protocolo cotidiano en el Zócalo y no fue sino hasta que el Presidente electo se fue de Palacio Nacional, minutos antes de las 9 de la noche, cuando arriaron la bandera monumental que usualmente es resguardada desde las 6 de la tarde.

Que la dirigencia del PRD analiza dejar fuera de su diagnóstico de los resultados de la elección pasada calificativos como “un error” y “mala decisión”, respecto a la alianza con el PAN y su candidato presidencial Ricardo Anaya, pues saben que esto podría terminar de tajo con el Frente en el Congreso de la Unión, lo cual de todos modos ya se ha perfilado, pero en el partido, aun en la derrota, quieren guardar las formas y la diplomacia.

Que el embajador de Alemania, Viktor Elbling, ya cumplió su ciclo de cuatro años en México y al inaugurar la 17 Semana del Cine Alemán en el teatro Esperanza Iris anunció que deja su gestión en el país, de la cual entre otras cosas se le recordará por desplazarse por la ciudad en bicicleta, que una vez le robaron; por el año dual, la expo de Otto Dix, la visita de Angela Merkel, el 50 aniversario del Goethe Institut en CdMx, y un impulso fuerte a las relaciones culturales, políticas y económicas bilaterales.

Que pese a que está próximo el fin del actual gobierno, los titulares de la Comisión Nacional de Seguridad y la Policía Federal, Renato Sales y Manelich Castilla, respectivamente, han demostrado que todavía no se van.

La captura de Roberto Moyado, El Betito, líder de La Unión de Tepito, ha sido uno de los mayores golpes contra el crimen organizado en la recta final de esta administración; de esas cosas que no ocurren muy seguido.

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