PrimerPlano-LoQueDicenLasColumnasDe-Puebla

Escasa presencia de poblanos en el gabinete de AMLO

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que aunque de manera reiterada se ha dicho que la futura secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, María Luisa Albores González, es poblana, la verdad es que nació en Ocosingo, Chiapas, en 1976.

Lo que sí es cierto es que buena parte de su formación académica y profesional ha transcurrido en el estado de Puebla.

La ingeniera agrónoma especialista en zonas tropicales con orientación en cafeticultura sustentable, egresada de la Universidad de Chapingo, estudió en Zautla, Puebla, la Maestría en Pedagogía del sujeto, postgrado que cursó en la Universidad Campesina Indígena en Red.

En esas mismas instalaciones universitarias hizo sus prácticas educativas en el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (Cesder).

Su asesora de tesis de Maestría, que no ha presentado, fue la doctora en Educación Sandra Aguilera Arriaga.

Aquí la columna completa

NO a la crisis constitucional que busca Morena

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que la narrativa del “fraude electoral” de 2018 tienen mucho paralelismos con la narrativa de la disputadísima elección presidencial de 2006 y que derivó en la crisis constitucional que dio inicio el 28 de noviembre de ese año, cuando diputados federales del bloque PRD-PT-MC tomaron la tribuna de San Lázaro con el objetivo de impedir que Felipe Calderón tomara protesta como presidente de la República, metiendo al país en el abismo del vacío de poder.

La crisis constitucional era muy clara y no un mero debate legalista, pues se debatió si la toma de protesta era solamente un acto protocolario que Calderón podía saltarse sin consecuencias legales, o realmente se trataba de un tema vinculante al ejercicio del poder y sumisión a la Constitución, con lo que no acudir a San Lázaro provocaba que Felipe Calderón no pudiera ejercer como Presidente.

Las escenas de esos últimos días de noviembre de 2006, claro, son vergonzosas. El Congreso de la Unión, más que un circo, se convirtió en un ring donde panistas y perredistas se golpearon, abofetearon, lanzaron curules, e incluso cerraron con cadenas y candados los accesos al salón principal de San Lázaro.

La orden de AMLO a sus huestes fue clara: impedir que Calderón tomara protesta y México ingresara a la espiral del vacío del poder.

Sin embargo, una operación del Estado Mayor Presidencial -con el apoyo de Beltrones y el PRI- permitió que Calderón ingresara por uno de los estacionamientos prácticamente escondido en una camioneta, e ingresara al Salón por la puerta de atrás para realizar la toma de protesta entre gritos desaforados de “usurpador” y “ladrón de la Presidencia”, mientras las curules hacían de barricadas.

Aquí la columna completa

incendios forestales