El colectivo civil México Unido Contra la Delincuencia respaldó las propuestas del equipo del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para un proceso de pacificación que incluya la despenalización de la mariguana y otras drogas.
Lo anterior, a través de un comunicado publicado este martes, con la firma de 689 empresarios, académicos, activistas y organizaciones sociales, entre quienes se encuentran Claudio X. González, presidente administrativo de Kimberly Clark, el poeta Javier Sicilia Zardain y Familias Unidas por nuestros desaparecidos en Jalisco.
En el documento, los signatarios señalaron que el prohibicionismo impuesto hace 12 años por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, quien inició la “guerra contra las drogas”, resultó un “evidente fracaso” con altos costos y reclamaron que Enrique Peña Nieto “prefirió perpetuar la crisis, negándose a iniciar la reforma y optando por consolidar la militarización”.
Ante esta situación, reconocieron que la elección de López Obrador como futuro presidente fue “un contundente mandato” a favor de la paz y aceptaron que las propuestas de Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, y Alfonso Durazo Montaño, futuro secretario de Seguridad Pública, suponen, como condición previa e indispensable, la regulación de las drogas.
Recordaron, en 1940, el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río intentó “un breve pero exitoso ensayo de descriminalización (de las drogas) que se vio truncado por presiones internacionales”, por lo que desde entonces las políticas en México “atienden exigencias extranjeras para una prohibición absoluta, que privilegia la represión y desatiende las necesidades de prevención y tratamiento de nuestra población”.
En contraste, aseguraron que el país tiene actualmente una población más crítica que está proponiendo políticas de drogas alternativas, además de que el Poder Judicial ha reiterado que la prohibición vulnera derechos humanos establecidos en la Constitución Política.
“De ahí que estamos convencidos que la discusión no consiste en preguntarnos si debemos o no regular las drogas, sino en cómo hacerlo”, sentenciaron.
Advirtieron que, desde el extranjero habrá “quienes nos exijan continuar la guerra a la vez que avanzan en sus propios procesos de regulación”, mientras que, desde el interior, algunos buscarán “defender los intereses de la fallida estrategia”
No obstante, confiaron en que nadie se opondrá realmente al proceso de pacificación del país, aunque éste resulte complejo y doloroso, y remarcaron que la regulación de las drogas es una medida necesaria, aunque no suficiente, para lograr la paz.
Editado por Luis Alberto Palacios
