Ante la propuesta estadounidense de convertir a México en un “Tercer País Seguro”, lo que significaría un incremento en las solicitudes de asilo, varias organizaciones defensoras de derechos humanos han manifestado su rechazo.
Desde los albergues que brindan ayuda a los migrantes y solicitantes de asilo, hasta Amnistía Internacional (AI) y Médicos Sin Fronteras han expresado su inconformidad, pues consideran que México no es seguro para quienes huyen de sus hogares, ya sea por falta de oportunidades, como por la crisis de violencia que se vive en Centroamérica.
Sin Fronteras IAP dijo que no se debería firmar ningún acuerdo: “Porque México deporta a las personas sin identificar si éstas necesitan protección internacional, violando así el principio de no devolución”, esta organización sin ánimo de lucro advirtió que en el año pasado, de todas las personas detenidas en suelo mexicano, se deportó al 80 por ciento.
Médicos Sin Fronteras ha dicho que un tercio de las mujeres centroamericanas, quienes huyen de la inseguridad, es víctima de violencia sexual en México, esta misma institución, dio a conocer que el 68 por ciento de la población centroamericana en tránsito por nuestro país, ha sufrido violencia.
Por su parte, la Organización Nacional Anticorrupción (ONEA) advirtió que “es una vergüenza” pensar en firmar un acuerdo de este tipo, mientras que el Instituto para las Mujeres en la Migración AC (Imumi) dio a conocer que “las personas tienen derecho a solicitar asilo en el país que elijan y donde se sientan seguras, no en el país que se les imponga”.
En tanto, Amnistía Internacional, dio a conocer algunas secciones de su informe llamado: Ignoradas y sin protección, la mortal devolución de personas solicitantes de asilo, el cual expresó que el 34 por ciento de los encuestados que hicieron saber a los agentes de migración mexicanos su negación por regresar a su país se origen debido a la difícil condición, experimentó una mala reacción de parte de las autoridades mexicanas.
Cabe destacar que recientemente, Mark Manly, el representante de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados en México, dio a conocer que en el continente se presentó un aumento del mil por ciento en las solicitudes de asilo, mientras que en México, la cifra ascendió a 580 por ciento desde 2014.
