Cartas a Gracia

Agradezco, Gracia, que me hayas alcanzado en la terminal y que me acompañaras al mercado de los peces para comprar algunos aditamentos para el terrario del mayor de mi hijos. Esa visita me permitió saludar a algunas de mis amigas y de mis amigos que ahí se encuentran establecidos y que se dedican al comercio y de aditamentos para mascotas. Su charla nos ilustró sobre la prohibición para importar tortugas, vinculado con la ingesta incidental de un quelonio y a la muerte de un menor en los Estados Unidos de Norteamérica -cuestión que ignoraba- y el consecuente abandono de una actividad comercial. Lo mejor vino después, cuando almorzamos un omelette de flor de calabaza y, en la plática me compartieras la grata impresión que te causara que tu ex compañera de estudios y ex entrenadora del equipo de futbol de la prepa Cabrera, realice campaña para la presidencia municipal.

Las semana que feneciera, Gracia, estuvo salpicada con noticias vinculadas con el quehacer de las maestras y los maestros. Destacan -si estás de acuerdo- la corrección de la plana que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) hicieraa la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral y la consecuente suspensión del anuncio promocional con el que la asociación empresarial Mexicanos Primero A.C. promueve -de manera subliminal- el voto en contra de uno de los candidatos a la presidencia de la república y el anuncio festivo con el que los órganos de control sindical (Consejo Nacional del SNTE) aprobaran -a propuesta de Juan Díaz de la Torre y a mano alzada- la respuesta a las demandas planteadas en el Pliego Nacional 2018, que presentara la Comisión Nacional Negociadora de las organización.

La discusión, Gracia, sobre el servicio educativo pasa en estos días, de la esfera de la operación de la política pública en materia educativa a la contienda electoral; sólo así podrían entenderse las posturas adoptadas por algunas organizaciones empresariales y por la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. En juego se encontrarían los sufragios que emitirían –si votaran- un poco más de 2 millones de maestras y maestros que laboran en los diferentes niveles del sistema educativo mexicano -incluido el superior- y la influencia que las y los docentes podrían tener en madres y padres de familia de un poco más de 35 millones de estudiantes. Razones suficientes para que los grupos de poder interesados, manipulen noticias, promuevan apoyos, comprometan votos a la usanza tradicional y descalifiquen a quienes exigen la derogación de una ley que conculca derechos laborales y humanos.

En el paroxismo de una enfermedad imaginaria, quienes persiguieran a las y los maestros se precian de ser los autores materiales del “70 por ciento de los contenidos de la reforma educativa” (Arely Villalobos, Proceso nº 2166, pág. 14); entre ellas las que se concretaran en leyes reglamentarias y en la reconcentración de la nómina educativa y de obtener “beneficios ascendentes para sus agremiados”. Ahora acusan persecución, quebrantamiento de su derecho a la libertad de expresión (ante el retiro del promocional mediante el que buscarán “orientar” el voto) y traición (por la formación de una nueva Asociación Civil denominada “Maestros por México”).

Empero, dejando de lado a estos quejosos, Gracia, maestras y maestros manifiestan de viva voz -en las escuelas y en redes sociales- inconformidad con algunos de los pronunciamientos que hiciera Juan Díaz de la Torre. De entrada, no aprueban que sin consulta a la base magisterial, comprometiera un millón y medio de votos a favor del suspirante del PRI. Señalan que Juan Díaz pasa por alto que muchas maestras y maestros externan preferencias por el candidato presidencial que derogaría la reforma educativa; que varios más no votarán por un partido que consideran les ha traicionado (el PRI) y les agrede con la aplicación de una evaluación punitiva; otros más manifiestan inconformidades por la inadecuada selección de candidatos externos que hiciera el PANAL y que muchos están hasta la coronilla por la pauperización de la vida y por la creciente inseguridad. Maestras y maestros de educación básica se burlan de un incremento salarial -que oscilaría entre los 11 y los 15 pesos diarios- “insuficiente para comprar un kilo de tortillas regularmente” o para pagar el costo del transporte público y de la declaratoria mediante la que Juan, se adjudicara el logro de un incremento equivalente al 8.8 por ciento del salario para el personal docente con plaza inicial.

Tus compañeras y compañeros comparten -en redes sociales-, Gracia, una tabla comparativa que muestra los porcentajes de incremento que se obtuvieran las y los mentores mexicanos en las dos últimas administraciones sindicales. Te comparto los datos, mientras que con Elba Esther el incremento menor al salario base se estableciera en un 4.55 por ciento (2007); con Juan el incremento ascendería al 3.15 por ciento (2016). Mientras que el aumento mayor derivado de las negociaciones encabezadas por Gordillo obtendría un porcentaje del 4.75 por ciento (2011); el logrado por Díaz de la Torre se establecería en un 3.9 por ciento (2013). Hacen notar y tienen razón que, en los años en los que la maestra ostentaba el cargo de presidenta vitalicia del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, la paridad del peso con el dólar se establecía en 12.50 pesos por dólar y en la actualidad se encuentra en una relación de 20 a 1.

Las burlas no paran ahí, Gracia, hacen referencia también a quienes sirven como comparsa en eventos partidistas y en promocionales del azul turquesa. Se mofan de las escuelas de organización incompleta en las que laboran, lo mismo que de las que carecen de las instalaciones adecuadas y de la capacitación docente a distancia; de los líderes sindicales modernizadores que atienden “previa cita solicitada por correo electrónico” y de otras linduras similares; burlas y mofas que representan el encono social que afecta a quienes tienen que soportar a los funcionarios “exquisitos” de la SEP, que desconocen lo que es laborar en una escuela pública carente hasta de sanitarios. No está el horno para bollos, Gracia, ni Juan Díaz para congraciarse con maestras y maestros.

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