En los últimos días, se ha reportado la quema de propiedades de musulmanes, así como daños a algunos templos budistas; los cristianos temen sufrir ataques similares y que estos deriven en una guerra civil.Desde hace algunos días, cuando se reportó que un hombre perdió la vida como consecuencia de golpes que supuestamente recibió de islamistas, se gestó un estallido de violencia del cual musulmanes y budistas han sido víctimas.
En los últimos días de febrero y en esta semana, mezquitas, casas, vehículos y hasta negocios de musulmanes han sido vandalizados, como también algunos templos budistas han sufrido daños.
Hasta ahora, la prensa internacional ha dado a conocer que dos personas han perdido la vida; sin embargo, decenas de personas han resultado heridas.
Proclaman Estado de emergencia
Por lo anterior, a partir del martes, el ejecutivo Maithirpala Sirisena promulgó un Estado de emergencia, lo cual tampoco ha detenido las agresiones, puesto que inmediatamente después de la emisión de esta medida, un nuevo brote de violencia se presentó e incluso se utilizaron las redes sociales para difundir mensajes de odio.
De acuerdo con el gobierno, tanto en Facebook como en Whatsapp, monjes budistas llamaban a agredir a los musulmanes, por lo que las autoridades decidieron emitir un bloqueo de dichas aplicaciones. Esta acción provocó una molestia general de familias incomunicadas.
En el país asiático, ubicado al sur de la India, el censo de 2001 registró un millón 435 mil 896 de musulmanes, lo que representa el 8.5 por ciento de la población, y 12 millones 986 mil 558 de budistas, quienes conforman la comunidad religiosa más grande del país, pues integra al 76.7 por ciento de los habitantes.
Sin embargo, en distritos como Ampara, representa el 41.3 por ciento de la población, por lo que existe un temor mayor por enfrentamientos.
Cristianos se oponen a violencia
Por su parte, los católicos, que representan el 6.1 por ciento de la población, han pedido al gobierno tome responsabilidad en el conflicto, y llevaron a cabo una manifestación en la que expresaron su oposición a la violencia entre ambas religiones.
El Estado de emergencia preocupa a instancias como Amnistía Internacional (AI), que instó al gobierno a “respetar los derechos humanos”. Lo anterior, debido a que el Estado de emergencia aplicado en 2011 provocó violaciones a derechos humanos.
