Puentes Negro y México, los más propensos a inundaciones; PC inicia limpieza
Puentes Negro y México, los más propensos a inundaciones; PC inicia limpieza. Foto: EsImagen
Vecinos temen desborde de Puente Negro, pero igual lo contaminan. Foto: EsImagen

Cada año, la incertidumbre invade a los vecinos de la colonia Adolfo López Mateos, por temor a que el río San Francisco y el vaso regulador Puente Negro se desborden e inunden sus casas como ya ha ocurrido, pero a pesar de ello, lo siguen contaminando.

A unos minutos de Plaza Loreto, sobre la Diagonal Defensores de la República, con sentido al poniente, el ambiente cambia radicalmente conforme se avanza.

El olor a pizza, tacos y pollo frito, se transforma en uno pútrido, irritante y muy desagradable, principalmente si se transita por el lado derecho de la acera a las cuatro de la tarde.

La escena es así: un día soleado cualquiera, excepto el jueves y domingo, porque no está el mercado de ropa “Los Lavaderos”. La tarde es muy común, porque autos y peatones pasan con tal indiferencia frente al caudal de aguas negras como si este siempre hubiera estado ahí.

“Huele bien rico”, ironiza un señor de unos 60 años que recoge botellas de PET tiradas a la orilla de la barranca mientras yo dirijo la cámara al agua que refleja los rayos del sol.

Arrojan desechos automotrices

¿Cuándo fue que el agua se volvió negra? –pregunto- “cuando llegaron ellos”, sentencia mientras con la mirada apunta a las casas que rodean el lago.

“Las personas no respetan y avientan lo que quieren”, agrega al mismo tiempo que revisa un par de tenis, luego los mete en su bolsa de rafia color blanco, inclina un poco su sombrero mientras me y se va.

En la esquina, junto al parabús que ahí se encuentra, hay un taller mecánico donde un joven repara un auto, luego de algunas preguntas sobre su trabajo para ganar su confianza, inquiero: ¿adónde depositan el aceite automotriz usado? sin dudarlo, reconoce que cuando “no tienen dónde guardarlo” lo arrojan al lago, mientras que cuando “sí tienen con qué”, lo almacenan para luego venderlo con “unos ecologistas” que pagan un peso por litro.

Cuestiona si “soy del gobierno”, respondo que no y enseguida pregunto si además de aceite arrojan otras cosas, pero evade diciendo que “todos lo hacen”.

Y así es, la última vez que se desbordó el vaso regulador, el 24 de septiembre del 2014, Protección Civil, el Ejército y personal de limpia, sacaron 40 toneladas de basura, que fue lo que tapó las tuberías y causó que siete viviendas, una vecindad, una veintena de negocios y toda la Diagonal Defensores de la República se inundaran.

Basura provoca desbordes

Semanas antes del desbordamiento, hubo otro, pero más pequeño porque las lluvias fueron menores, sin embargo, era la advertencia de lo que podía pasar.

A pesar de esas experiencias, así como otras más antiguas, transeúntes, colonos, automovilistas y propietarios de los negocios continúan arrojando todo tipo de desechos.

El río San Francisco nace en La Malinche, cruza Tlaxcala y Puebla a lo largo de más de 300 kilómetros por encima de la superficie terrestre, pero al llegar al vaso regulador del Puente Negro continúa su camino por el subsuelo.

El río fue entubado hace 60 años para que se construyeran viviendas, comercios y todo lo que ahora es el bulevar 5 de Mayo, por donde antes pasaba el río.

Es por eso que al llover demasiado, la basura, drenajes y desechos de gran tamaño tapan el embovedado, saturando así el vaso regulador (Puente Negro) hasta que este se desborda.

Vecinos arrojan basura

Los vecinos lo saben, pero igual lo ignoran y, por el contrario, continúan arrojando desechos de todo tipo, mientras que quienes no colaboran en ello, son omisos y no denuncian a quienes sí lo hacen.

La señora Andrea vive en la colonia Vicente Suárez, por la parte trasera del vaso regulador. Ella asegura que nunca ha tirado nada al río, pero “ha visto que sus vecinos sí”, pero para ahorrarse problemas, nunca ha dicho nada a las autoridades.

Comentó que a veces, el camión de la basura no pasa en varios días, por lo que algunos vecinos optan por echar sus desechos al río, pero otros, sin ningún argumento aparente, lo hacen de manera regular.

Solo en lo que va del año, el ayuntamiento de Puebla pagó 67 millones de pesos para limpiar 60 barrancas y dos vasos reguladores (Puente Negro entre ellos), y aunque hay varias dudas respecto a qué empresa lo hizo, qué métodos utilizó y bajo qué supervisión, limpiar barrancas es un gasto que no debería existir si no se contaminaran estos sitios.

Evaden responsabilidades

A este problema se suma otro, pues José Ventura Rodríguez Verdín, secretario de Gobernación Municipal (Segom), reveló que en las juntas auxiliares de San Miguel Canoa, La Resurrección y Bosques de San Sebastián se están rellenando barrancas con toneladas de escombros y basura, para luego venderlas como predios o para apropiarse de estos sitios y construir.

Aunque el día del recorrido del que trata este texto Puente Negro no lucía con grandes cantidades de basura a las orillas debido a que recientemente fue limpiado, hay personas que no ven la contaminación “hormiga” como un problema, se deslindan y lo adjudican a otros.

Una vecina, quien se negó a revelar su nombre, afirmó que solo una vez tiró “dos o tres bolsitas”, pero no dijo de qué, pues minimizó que “no eran gran cosa porque las casas no contaminan tanto”.

“Joven, vaya a las fábricas, a ellas sí pregúnteles cuánto contaminan; investíguelas y verá que ellas sí arrojan muchas porquerías”, sentenció.

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