El OOSL del ayuntamiento de Puebla pagó 67 millones 400 mil pesos a una empresa –de la que se desconoce el nombre– para que limpiara 60 barrancas y dos vasos reguladores este año, es decir, que en promedio costó un millón 87 mil pesos intervenir cada sitio.
En la siguiente mitad del año se pretende limpiar 30 sitios más, pero aún no se sabe la cantidad de recursos necesarios.
Así lo reveló José de la Rosa López, coordinador del Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSL), quien aseguró que la limpieza de estos sitios se repite cada año, pero que en este se gastó más “porque cada vez están más sucios”.
Los recursos que se utilizaron fueron otorgados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) o sea que fueron enviados por la Federación, sin embargo, hay un incremento del 69 por ciento respecto a lo que el ayuntamiento se gastó el año pasado.
En 2016, la Comuna destinó 21 millones 500 mil pesos para limpiar solo 12 barrancas, pero de acuerdo a de la Rosa López, el gobierno estatal erogó “más de 130 millones” para intervenir el resto de las que también se limpiaron este año.
Desconoce empresa responsable
Ante tal cantidad de gasto, este año se optó por pedir recursos federales los cuales fueron otorgados al municipio, pero este no lo ejecutó, sino que lanzó una licitación nacional y se contrató a la empresa que “dio el mejor precio” para que se limpiaran los ríos y barrancas.
Sin embargo, el funcionario dijo “desconocer” qué empresa ganó la licitación y realizó los trabajos, ya que fue la Secretaría de Administración la encargada de revisar los presupuestos y otorgar la obra.
Todo esto fue dado a conocer este lunes a regidores de la Comisión de Patrimonio y Hacienda, quienes pidieron la semana pasada la comparecencia del funcionario para que explicara con qué motivo solicitó una ampliación presupuestal y por qué cada año se repite la actividad de limpiar las barrancas con resultados cada vez más negativos y más costosos.
Ante ello, el titular del OOSL defendió que es un procedimiento “necesario” debido a que la gente cada vez arroja más basura y desechos sólidos y líquidos que, si no se sacaran de las barrancas, ocasionarían más daños al medio ambiente.
40 toneladas de residuos
Incluso, justificó que “sí es costoso, pero sería más” que hubiera inundaciones o desbordamientos que causaran muertes o daños a las viviendas. Por ejemplo, refirió que en la Angelópolis hay 636 barrancas, de ellas 50 tienen riesgo de desbordarse, lo cual ocurrió el año pasado causando 11 inundaciones.
En cambio -afirmó- tras la limpieza de los 50 puntos de alto riesgo y 12 de medio, hasta la fecha no ha habido ningún incidente.
De los 62 lugares se extrajeron 40 toneladas de residuos de todo tipo, basura orgánica e inorgánica, metales, escombros, plásticos, llantas, electrodomésticos, muebles y aparatos electrónicos.
Todo ello se separó y se envió a diferentes puntos: la basura inorgánica, al relleno sanitario; la orgánica, a la Unidad de Parques y Jardines (para hacer composta); los metales, llantas, papel, cartón y plástico PET fueron vendidos a empresas recicladoras, pero de la Rosa López no reveló cuánto se cobró por este concepto ni en qué fue utilizado.
Buscan más recursos
No obstante, anunció que lo anterior solo fue parte de la primera etapa, pero que ya se “están buscando recursos” para la segunda, que consistirá en limpiar otras 30 barrancas.
Ante tal premonición, los regidores cuestionaron por qué se limpia las barrancas y no se previene que se ensucien, a lo que el funcionario respondió que “sí se trabaja” en prevención, como impartir pláticas a los vecinos; realizar campañas de concientización, así como organizar comités ciudadanos que vigilen y denuncien a quienes arrojen residuos, pero reconoció que “no se han tenido grandes resultados”.
Destacó que “sí se ha procedido” ante las denuncias, pues del 2016 a la fecha, la Conagua abrió 192 inicios de procedimiento de responsabilidad, pero no supo decir cuántas de estas personas tuvieron una sanción.
Por lo anterior, los regidores acordaron trabajar en un proyecto de prevención, a fin de que no se tenga que destinar tal cantidad de dinero para limpiar las mismas barrancas cada año.