El titular de la PGR, Raúl Cervantes Andrade, aseguró ante la ONU que, en México, “el crimen organizado ya no es un problema de seguridad nacional”, sino “de seguridad pública”, y que la violencia generada por delincuentes no exclusiva del país.
En la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Delincuencia Organizada Transnacional, Cervantes Andrade indicó que, “después de haber enfrentado problemas con delincuencia organizada muy potentes”, México debe encontrar la forma de combatir la estructura financiera de los grupos criminales.
“He compartido con otros fiscales y procuradores de nuestro continente y la mecánica delincuencial de muchos de estos delitos es idéntica. Pareciera que se estuvieran fusionando estos cárteles o estas mini bandas y que la violencia sería su marca, y que las estructuras utilizan el sistema financiero nacional e internacional”, dijo.
Sin abundar en su primera afirmación, insistió en que “la delincuencia organizada transnacional afecta a casi todas las economías del mundo”, lo cual se agravaría en el caso de México debido a “su ubicación y geografía”, por lo que subrayó la importancia de compartir información entre agencias nacionales de procuración de justicia.
Deben aumentar los costos a crimen organizado, asevera
Respecto del ataque a la estructura económica de los grupos criminales, Cervantes Andrade aseveró que el Estado “debe aumentarles los costos para que estos vayan siendo direccionados a otros delitos que menos afecten”.
Agregó que el combate al crimen organizado no debe limitarse a la procuración de justicia, sino que es preciso que los gobiernos “generen crecimiento económico, educación, bajen la desigualdad y respeten los derechos humanos”.
Finalmente, adelantó que, en agosto próximo, se reunirá con 16 procuradores estatales para compartir estrategias e investigaciones sobre la mecánica de la delincuencia organizada.
Cabe recordar que, el pasado 6 de junio, activistas acusaron ante la ONU las “ejecuciones extrajudiciales” cometidas por integrantes del Ejército mexicano en Palmarito Tochapan, Puebla, y Tlatlaya, Estado de México, y pidieron “apoyo” para detener la ley de Seguridad Interior, tema al que Cervantes no se refirió en su alocución.
Editado por Luis Alberto Palacios
