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Pablo logró reelegirse pero sin convencer

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que la reelección de Pablo Rodríguez Regordosa como presidente del Comité Directivo Municipal (CDM) de Puebla del PAN, está lejos de catapultarlo como una figura relevante para los comicios locales de 2018.

Pablo Rodríguez pudo haber aprovechado su continuidad al frente del PAN en el municipio de Puebla para posicionarse y mandar un mensaje de fortaleza al interior del partido como una de las cartas fuertes a la gubernatura o la alcaldía de la capital del estado, pero no lo hizo o no pudo.

Varias ausencias marcaron su cuestionada reelección, comenzando por la del gobernador José Antonio Gali Fayad.

Así como el alcalde Luis Banck Serrato —quien sin ser militante panista— acudió a la Asamblea Municipal y ocupó un lugar en el presidium, Pablo debió convencer al gobernador de lo significativo que habría resultado su asistencia, para mandar el mensaje de que los agravios del pasado se quedaron en el pasado.

La inclusión del secretario general del ayuntamiento de Puebla, Mario Riestra Piña, en la planilla de Pablo Rodríguez Regordosa, no disminuye pero ni tantito la percepción de que la continuidad de Rodríguez Regordosa tuvo el visto bueno de Gali Fayad.

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Pablito, el diminuto presidente azul

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que en la asamblea municipal del PAN de ayer quedó confirmado que el padrón de este partido está más inflado que un cantante de La Voz México y La Academia juntos; y que Pablito Rodríguez tiene menos fuerza que una malteada de fresa con leche deslactosada y endulzada con Splenda.

Para nadie es un secreto que Pablito está obsesionado con ser senador, para lo cual trabaja a marchas forzadas, por lo que su primera meta era la reelección en el Comité Municipal. Para lograrlo, no dudó en amañar todo el proceso para ser candidato “único”, por lo cual la asamblea de ayer era un simple trámite, donde solo tenía la tarea de llevar a los panistas a votar.

Y fue ahí donde Pablito se topó con dos graves problemas: el primero es que el padrón de 8 mil 567 militantes está tan inflado, que resulta imposible llevarlos a la asamblea porque algunos son burócratas descontentos, otros ya fueron despedidos y otros ni siquiera saben que están inscritos, porque sus credenciales fueron utilizadas para abultar las listas de militantes en el sexenio pasado.

Y el segundo problema es que el nulo carisma de este personaje provoca la repulsión de los panistas, incluidos los morenovallistas.

La frialdad de los números lo dice todo:

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Gerardo Islas, en un callejón sin salida: no puede justificar a la ASF la entrega de los tinacos azules

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que Gerardo Islas Maldonado ha puesto a trabajar a la estructura de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) a favor de su proyecto personal de ser candidato a diputado federal o senador en el año 2018, pero se ha encontrado con un obstáculo –que dicen sus allegados– le quita el sueño y podría frustrar sus proyectos políticos, que es la incapacidad que tiene la Sedeso de poder solventar las observaciones fincadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por el polémico tema de la entrega de decenas de miles de tinacos azules.

Como parte de la revisión de la cuenta pública 2015–2016, la ASF ha puesto especial énfasis en el tema de los tinacos azules, que en el dicho de Gerardo Islas fueron más de 57 mil los que se entregaron, con un valor superior a los 103 millones de pesos de fondos federales y que tuvieron un sobrecosto de 26 por ciento.

Entre funcionarios de la Sedeso se dice que las dificultades para poder solventar ante la ASF radica en que como esos tinacos –marca Rotoplas– se usaron para comprar votos a favor del PAN, se entregaron muchos miles más de los que se reportaron oficialmente y como había que hacerlo mucho antes de las votaciones de 2016, dicha repartición quedó en manos de operadores electorales que en la mayoría de las ocasiones los regalaron sin que mediara algún justificante.

Por tanto no se tienen las listas de todos los beneficiarios y obviamente no se cuenta con el soporte para justificar por qué se les dio esos depósitos de metal a quienes se agraciaron con los mismos. Se supone que se entregaron a familias pobres, como parte de los programas de desarrollo social, pero en realidad se utilizaron como propaganda subliminal –al estar pintados de azul– y se usaron para comprar miles de votos.

Otro cuestionamiento –de la ASF– es que los tinacos Rotoplas no están en el catálogo de materiales que sirven para mejorar el desarrollo social, como son los insumos para que las familias puedan ser dotadas de techos, pisos o habitaciones adicionales en sus viviendas.

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El estilo Duarte en Puebla

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que un hilo de la madeja de esa complicada red de intereses políticos que confluyen en Puebla, entre Peña Nieto, Rafael Moreno Valle y la cúpula militar, aparece en el nombre de José Antonio González de la Fuente.

¿Por qué?

Pues a través de empresas fantasmas, manejadas por familiares, obtuvo magnas obras por más de 150 millones de pesos, en licitaciones manipuladas o fakes. Los fondos fueron federales, en todos los casos.

¿Quién es este personaje?

Es un general de brigada del Ejército, quien ocupó en el sexenio de Peña Nieto, la poderosa Dirección General de Ingenieros de la Sedena, que construyó directamente obras de la Judicatura e instalaciones militares en 15 ciudades del país.

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Los nervios de la consigna

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que los focos rojos se prendieron cuando al escritorio del Secretario General de Gobierno llegó el documento que contenía un análisis realizado por los asesores jurídicos de la dependencia, sobre el proceso legislativo que se siguió en contra del ex alcalde de Puebla, Eduardo Rivera.

Después de un estudio minucioso de los principales elementos tomados en cuenta para proceder a la inhabilitación y la determinación de la multa económica en contra del panista, la conclusión no pudo ser peor para los intereses del morenovallismo: “esto no resiste el menor análisis, desde el punto de vista legal”.

De inmediato, Diódoro Carrasco buscó a David Villanueva Lomelí, Auditor Superior del estado, para darle a conocer su opinión sobre el tema.

Después de explicarle lo que habían hecho sus abogados, lo que habían encontrado y la resolución final a la que habían llegado, Villanueva lo paró en seco: “Son órdenes y punto: la estrategia sigue tal y como se planteó desde el principio. El tiempo aquí es lo más importante”.

Al encargado de la política interna poblana le preocupaban, sobre todo, aquellos señalamientos en contra de la administración de Rivera Pérez que conllevan una responsabilidad conjunta con instancias del gobierno estatal, sobre todo en lo que se refiere a la realización de obra pública.

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El pedazo de pastel que nos robó Tlaxcala

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que con la instalación de Audi en San José Chiapa, Tlaxcala hizo el negocio de su vida.

No puso un peso de los 18 mil millones que Puebla invirtió para traer a la armadora alemana. No participó en alguna de las fases del largo y complicado proceso para convencer a los directivos de Ingolstadt. No se endeudó 20 años para pagar las plataformas. No hizo nada de nada, y sin embargo, se llevó todos los empleos de la cadena de proveedurías. Mejor, imposible.

Hay que aplaudir la sagacidad del ex gobernador Mariano González Zarúr, quien supo aprovechar la oportunidad de ganarse la lotería sin comprar boleto. Mientras Moreno Valle andaba ajetreado en su campaña presidencial, en tanto su equipo se dedicaba a la cacería de terrenos en la Ciudad Modelo Audi, entre que en Finanzas andaban viendo cómo pagar el PPS de las plataformas y Cabalán se la pasaba en el gimnasio, el ex gobernador tlaxcalteca diseñó un plan serio para convencer a la cadena de proveedurías de instalarse en Tlaxcala.

Nadie en el gobierno de Moreno Valle lo vio venir. Dieron por hecho que al instalarse Audi en Puebla, los proveedores tendrían que hacer lo mismo. Fue una premisa falsa. Los empresarios buscan las mejores condiciones y Tlaxcala les dio mejor trato colocando a Huamantla como base de operaciones. Por lo menos, esa es la versión oficial.

La extraoficial aquí se la platico: con el cuento de promover un desarrollo urbano único en el país, los morenovallistas crearon el concepto de Ciudad Modelo para cubrir una escandalosa especulación inmobiliaria con los terrenos comprados en pesos y revendidos en miles.

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Bartlett y López Obrador: el Arte de Besar los Pies sin Ruborizarse

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que el “demócrata” Manuel Bartlett Díaz fue un soldado del PRI que se pintaba la cara de negro cada vez que se iba a la guerra.

Como secretario de Gobernación federal, fue a cien batallas y amedrentó a políticos, empresarios y periodistas.

Jamás le tembló la mano.

Lo mismo operó el “fraude patriótico” —a mediados de los años ochenta en Chihuahua—que la “caída del Sistema”—a finales de esa misma década.

Tenía una consigna:

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