En la última década, México pasó de ser un productor de drogas para el mercado estadounidense a duplicar sus tasas de consumo, debido a que el porcentaje de hombres que ingirieron estupefacientes subió al 15.8 y el de mujeres se incrementó al 4.3.
Así lo señala un reportaje del diario estadounidense The Washington Post, titulado “El narcotráfico en México golpea su propio hogar”, donde, con base en datos del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), se advierte que las autoridades mexicanas deben lidiar con la creciente ingesta de heroína en Ciudad Juárez; de cocaína, en Acapulco, y de metanfetaminas en Jalisco.
De acuerdo con la nota, publicada el martes pasado, este incremento se debe a que México se ocupó durante años del problema del trasiego de drogas hacia Estados Unidos, sin atender la oferta creciente de estupefacientes que quedaban en territorio nacional por la producción en altas cantidades y el reforzamiento de la seguridad en la frontera.
En este sentido, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) documentó que, entre 2013 y 2016, “el voraz apetito” de los estadounidenses hizo que México triplicara la producción y a medida que las autoridades de ese país desmantelaban los laboratorios de metanfetamina, la producción se trasladó al nuestro.
Cada año, la oferta sube
Al respecto, en entrevista para el rotativo, Manuel Mondragón y Kalb, titular de la Conadic, explicó que en México “producimos“ y “lo exportamos, pero cada año se queda más (droga) aquí, y la gente comienza a consumirla”.
De esta manera, pese a que el consumo de drogas en México es considerablemente menor que en Estados Unidos, y aunque no se ha desencadenado “un boom” en la ingesta, sí hay “un problema” en diversas entidades del país.
En particular, Mondragón y Kalb enfatizó el caso de la ciudad fronteriza de Tijuana, donde la acciones de los gobiernos estatal y federal no han logrado que el narcomenudeo y el consumo detengan su tendencia al alza.
Editado por Luis Alberto Palacios
