Y la cosecha de mujeres nunca se acaba (leer con música de Mike Laure)
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que será hasta este miércoles cuando los consejeros del Instituto Electoral del Estado (IEE) aprueben los lineamientos que normarán la equidad de género en la postulación y registro de candidaturas a diputados al Congreso local, así como a regidores y síndico de los 217 ayuntamientos de la entidad.
Hay que destacar que Puebla es de los últimos tres Organismos Públicos Locales Electorales (Oples) del país que aún no define cómo se aplicarán en el territorio estatal estos lineamientos para que partidos políticos y coaliciones garanticen el cumplimiento del principio de paridad y el derecho de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres al momento de postular candidatos y registrar fórmulas o planillas.
En una primera mesa de trabajo, efectuada el pasado viernes, los lineamientos propuestos fueron objetados por los representantes de los partidos, lo que disgustó a la consejera Claudia Barbosa Rodríguez, presidenta de la Comisión Permanente de Inclusión, Igualdad y Paridad de Género del IEE, ya que la preparación y redacción de estos les había llevado cuatro meses de arduo trabajo.
Claudia Barbosa les dijo que los lineamientos estaban hechos para privilegiar a las mujeres y no a los partidos, y que si los rechazaban mandarían un pésimo mensaje a la sociedad, en el sentido de que los partidos sólo apoyan la paridad en el discurso más no en los hechos.
Según los lineamientos contenidos en el proyecto, los 26 distritos locales y los 217 municipios de Puebla se dividirán en tres bloques de competitividad; los de alta, media y baja competitividad. Para esta clasificación se tomó como referencia la votación municipal y distrital de los comicios de 2016, donde sólo hubo elección para gobernador.
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La alianza Moreno Valle-Osorio Chong para que pierdan todos
Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que ya es un secreto a voces que se comenta en todos los niveles: la pugna feroz entre el grupo de tecnócratas apoderados del CEN tricolor y las candidaturas, y el perdedor de la sucesión presidencial Miguel Ángel Osorio Chong, respaldado por priistas tradicionales, decididos a sabotear la campaña de Pepe Meade con el objetivo de apropiarse de las plurinominales. En medio de ambos bandos, un Enrique Peña Nieto paralizado, rehén de su propio descrédito e incapaz de inclinar la balanza para no perder lo poco que le queda de aliados.
Este sabotaje operado desde Segob es la versión millenial de las manos caídas de Manuel Bartlett en 1988. No sólo tiene que ver con el ultra comentado asunto de la suma del Partido Encuentro Social (PES) al bloque de López Obrador que de golpe y plumazo representó la pérdida de 3 millones de votos para Meade. Aunque Osorio Chong se escude afirmando que no es dueño de esa franquicia, desde Segob había los controles necesarios para impedirla. Pero hubo huelga de brazos caídos.
El intelectual Jorge G. Castañeda, ahora asesor de Ricardo Anaya en el Frente, personaje cercanísimo a Elba Esther Gordillo, reveló ayer otra trama: la prisión domiciliaria para La Maestra no es un pago de favores a la dirigencia del Panal por firmar la coalición, sino una declaración de guerra a la cúpula de Juan Díaz de la Torre y Luis Castro, ya que Gordillo buscará recuperar el partido que fundó, así como hacerles pagar la traición de dejarla sola. ¿A lo mejor a alguien se le olvidó que el secretario de Gobernación también fue parte del grupo de La Maestra y miembro de la Legislatura en la que ella fue coordinadora?
Pero en realidad el dato crucial del sabotaje es el extrañísimo convenio de coalición que el PRI firmó con el PVEM y el Panal, pues la ingeniería electoral no le cuadra a ninguno de los alquimistas que por años han operado las votaciones del partidazo: la coalición a nivel presidencial no sirve de nada si no era soportada por un esquema semejante al del 2015 que dio origen a los candidatos sandías: verdes por fuera, rojos por dentro como lo fueron Víctor Giorgana y Grace Palomares, para camuflar la marca tricolor.
¿De qué sirve ir coaligados sólo en 16 estados para senadores y 133 distritos para diputados federales? ¿Para qué además ceder el 30 por ciento de las candidaturas en las que sí van coaligados? ¿Cómo fue qué Ochoa Reza, Meade y Videgaray aceptaron pagar un costo tan alto por algo que no les garantiza nada?
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El Sector del PRI que Reclama y Hace Columnas
Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que un columnista adicto al PRI, a Lalo Rivera y a un sector del PAN escribió que en la reunión que José Antonio Meade tuvo con los dueños y directivos de la prensa poblana hubo muchas críticas de estos por la amistad que guarda con Rafael Moreno Valle y por el abandono en el que han sumido el CEN del PRI y el gobierno federal a los sufridos priistas poblanos.
Leo y releo las líneas del enojado columnista y no puedo evitar plantearme varias dudas que matan, sobre todo porque nuestro personaje no es ningún improvisado y cuenta con los años en activo suficientes como para recibir —si la hubiera—la presea Enrique Montero Ponce al Mérito Periodístico.
¿Por qué “los directores y dueños de medios le criticaron su amistad con el ex gobernador”?
¿Por qué los susodichos le criticaron “el abandono en que el PRI nacional y el gobierno federal han tenido a los dirigentes, cuadros y candidatos del priismo poblano”?
¿Por qué están tan ofendidos los directores y dueños de medios?
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