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Dar voz a las personas va más allá de escucharles; se requiere que ese sentir se traslade al ámbito de la acción donde convergen autoridades y ciudadanos para buscar satisfactores sociales a las aspiraciones de bienestar para nuestras familias.

La participación ciudadana se convierte en un instrumento clave para el fortalecimiento de la democracia a través de la libre expresión de aquello que la sociedad vive, analiza y requiere para poder avanzar.

En ese contexto, la inclusión de esa participación ciudadana en la toma de decisiones estaría proyectada en una corresponsabilidad con los gobiernos y la manera en que se gobierna para asegurar los derechos de la sociedad en general: niños, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad y nuestros hermanos indígenas.

De esa manera, se debe propiciar los espacios de expresión para una sociedad ávida de que los escuchen, de los que los hagan partícipes de las soluciones, pero además de que los involucren en tareas donde se generen las condiciones para subsanar los pendientes en rubros que impactan la vida diaria.

Es por eso, que hace dos semanas se puso en marcha la campaña Sembremos Esperanza con la finalidad de entregar árboles en un acto simbólico de plantar la semilla de la reflexión con los poblanos y que se exprese el sentir de lo que padecen y de lo que, en determinado momento, exigen para un desarrollo social y económico.

El objetivo es entregar 150 mil árboles con una hoja de esperanza donde los ciudadanos expresan las necesidades más apremiantes; así es como se han recibido 25 mil propuestas que evidencian lo que la gente requiere en 10 rubros prioritarios:

Esas son las exigencias ciudadanas que los gobiernos deben tomar en cuenta para enfocar y concretar acciones que le den respuesta a las demandas y aseguren que la participación de la gente va más allá de escucharle y de darle voz.

Si la aspiración es la inclusión ciudadana, los que representamos al pueblo debe generar las condiciones en las trincheras de gestión y operación política que nos permitan generar un cambio verdadero sustentado en interés común y social.

Hablemos y construyamos la Puebla que merecemos, seremos todos los que unidos podemos revertir ese hartazgo en la falta de atención gubernamental.

Analicemos y discutamos las causas de los problemas que nos aquejan para ofrecer soluciones.

Sembremos Esperanza y dejemos que hable la gente.

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