La salida de las fuerzas turcas; el otro gran reto de Irak. Foto: RT en español
La salida de las fuerzas turcas, el otro gran reto de Irak. Foto: RT

Tras la recuperación de Mosul, el gobierno de Irak ha pedido una vez más a Turquía que retire sus tropas; sin embargo, el país vecino se ha negado y el acto ha sido calificado como una invasión, lo que ha escalado la tensión en la relación bilateral y regional.

Con la recuperación de la segunda ciudad más importante del país –que se encontraba bajo el dominio del Estado Islámico (ISIS) o Daesh en árabe-, Irak ha solicitado que los más de un centenar de elementos armados turcos asentados desde diciembre de 2015, salgan del territorio.

Frente a ello, el gobierno de Turquía no sólo se ha negado, justificando que la guerra contra el grupo terrorista aún no ha terminado, sino que además, su presidente Recep Tayipp Erdogan, ha afirmado que la ciudad iraquí de Mosul le pertenece históricamente, lo cual ha ocasionado incertidumbre respecto a la acción de ambos países.

Sin embargo, no es la primera vez que Irak hace esa solicitud a la gestión de Erdogan, con la que comparte fronteras. Con antelación, el gobierno iraquí ha pedido que las fuerzas armadas instaladas en su territorio dejen la zona y no se entrometan en la recuperación de Mosul.

 

Rusia apoya a Irak

La petición de Irak ha sido secundada por Rusia que ha calificado la acción turca como “preocupante” y una amenaza para el equilibrio regional. También la Liga Árabe ha manifestado su molestia con la situación. La presencia de tropas ubicadas en el área de Bashiqa, muy cerca de Mosul, ha sido catalogada por algunos miembros de la comunidad internacional como un acto de “violación a soberanía”.

Vale la pena anotar que en lo que respecta a las aseveraciones de diplomáticos, la tónica es menos agresiva e incita más a la colaboración, por ejemplo, en la llamada telefónica entre los Primeros Ministros de Irak, Haidar Al Ibadi y el turco Binali Yidrim que contó con participación de Thorbjorn Jagland, secretario General del Consejo de Europa, la representación turca admitió que contribuirá en la reconstrucción de la ciudad y afirmó que se encuentra en la mejor disposición de colaborar con contra el terrorismo.

Mismo caso se presentó durante la conferencia de prensa que ofreció el embajador iraquí en Turquía, Hisham Al Alawi, quien enfatizó en la cooperación de su país en la reconstrucción de Mosul, además, aseveró que “Baghdad necesita el apoyo de Ankara” y destacó que las organizaciones no gubernamentales de origen turco podrían ser fundamentales en la restauración de la ciudad recién retomada.

En este sentido, el director adjunto del Departamento de Relaciones Exteriores de Irak, Ali Onaner aseveró: “el proceso para Mosul de alcanzar la estabilidad ha comenzado. Turquía está tomando parte en el proceso”.

 

Doble discurso

Más, la incoherencia que existe entre el discurso de los diplomáticos y el de los ejecutivos de ambas naciones, genera diversas expectativas en torno a la problemática. Antes, el gobierno iraquí ha dicho que la presencia de las fuerzas turcas podría derivar en una guerra regional.

Mientras que el mandatario turco afirmó que la armada de su país no aceptará ninguna orden de Irak y dio a conocer que su nación respeta las fronteras “incluso si esto pesa en nuestros corazones”. Sus compatriotas también tienen presencia en Siria donde luchan contra Daesh, lugar en el que de acuerdo con Estados Unidos, recibe apoyo de la nación norteamericana.

En tanto, desde el 2016, Turquía implementó una política de cero tolerancia migratoria, con lo que consolidó el tercer muro más grande del mundo que impide el paso de refugiados sirios pero que, se espera que desde octubre, se impida completamente el cruce en la frontera con Irak. Con lo que Turquía, intentará frenar ataques terroristas y el contrabando.

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