El Banco Mundial promueve trabajo forzado en Uzbekistán. Foto: Público
El Banco Mundial promueve trabajo forzado en Uzbekistán. Foto: Público

Human Rights Watch (HRW) vía su informe “No podemos negarnos a cosechar algodón: trabajo forzoso e infantil vinculado a las inversiones del Grupo del Banco Mundial en Usbekistán”, comprueba que se ha obligado a niños, estudiantes, médicos y profesores a cosechar algodón.

De acuerdo con el documento del 2015 a 2016, el gobierno nacional amenazó a niños, estudiantes, médicos y maestros con despedirles y retirarles la ayuda social o en caso de ser estudiante expulsarles de las instituciones si se negasen a trabajar en los campos de algodón.

Umida Niyazova del Foro Uzbeko-Alemán de Derechos Humanos afirmó que con este documento co-realizado con el Foro Uzbeko-Alemán de Derechos Humanos se ha concluido que “el Banco Mundial está encubriendo un sistema de trabajo abusivo”.

HRW aseguró que en 2015 el foro y defensores de derechos humanos presentaron al Banco Mundial (BM) evidencia de la situación y en vez que la gran institución financiera retirara las inversiones, las aumentó a través de la Corporación Financiera Internacional.

 

 

 

Piden al OIT investigar

La única acción tomada por el BM fue solicitar a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se encargara de monitorear la situación de trabajo forzoso en la zona, dicha institución decidió el pasado año, no continuar su tarea porque el gobierno tenía “reconocimiento implícito de este problema”.

La publicación afirma que el gobierno aplicó la violencia, detenciones, acoso y persecución en contra de personas que estuvieran informando respecto al tema. El sector algodonero, según HRW genera un aproximado de mil millones de dólares anuales y representa una cuarta parte del producto interno bruto nacional.

En el marco de la recién inaugurada gestión del ejecutivo Shavkat Mirziyoyev, se han prometido reformas, sin embargo, la situación actual demuestra que no se ha puesto atención al tema.

Desde el pasado mes de abril, cuando la temporada de algodón dio comienzo, el Foro Uzbeko-Alemán de Derechos Humanos se encuentra en seis de las 13 regiones del país y ha vuelto a confirmar que “la movilización forzada con el fin de llevar a cabo labores de agricultura afecta a casi todas las organizaciones del Estado (exceptuando a aquellas que se encuentran en la ciudad). Las personas son obligadas a trabajar por turnos de dos a tres veces por semana o en su caso, pagar a otra persona para que trabaje en su lugar”.

El reporte con información preliminar confirma que además de encontrarse trabajando en campos de algodón, las personas son obligadas a trabajar sembrando calabaza y maíz, así como en la recolección de gusano de seda.

 

 

 

No hay pago

El informe especifica que las personas que sufren de trabajo forzado no reciben ninguna remuneración económica, pagan por su transportación hacia los campos y tienen que traer consigo su propia comida.

La publicación afirma que a nivel nacional, el gobierno ha privado a los campesinos del decidir qué plantar en sus tierras y qué insumos ocupar, obligándoles a sembrar algodón.

Tan sólo en el periodo que comprenden los meses de abril y mayo de este año, la asociación defensora de derechos humanos ha dado a conocer que los trabajadores del ramo educacional y de la salud han también laborado de manera forzada en la limpieza de calles, sembrado de flores y la limpieza de zanjas.

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