La tortura es una práctica generalizada, ya que en todo el país, las autoridades la usan como método para obtener confesiones; destacando 14 entidades donde se documentaron más de 400 casos de acuerdo con el Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI).
En el marco del Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, que se conmemora este 26 de junio, compartimos los datos de la investigación “Análisis sobre los patrones de tortura usados en México y los Impactos en los sobrevivientes de tortura” que fue publicada en marzo de 2017.
La investigación indicó que otros de los usos que las fuerzas del orden le dan a la tortura son para castigar el movimiento social y para intimidar y controlar a la población en general. Asimismo, agregó que los factores de discriminación usados en la tortura son ser indígena, mujer, migrante, ser pobre, joven y en algunos casos por la orientación sexual.
El colectivo indicó que sus registros muestran que las entidades con mayor incidencia en casos de tortura fueron la Ciudad de México, Estado de México, Tlaxcala, Oaxaca, Guerrero, Baja California, Sinaloa, Jalisco, Chiapas, Morelos, Chihuahua, Querétaro, Campeche y Veracruz.
En primer lugar estuvo Chiapas (22.45 por ciento), Tlaxcala (16.3) y Baja California, Chihuahua y el Estado de México cada una con el 8.2 por ciento.
El estudio examinó los patrones de tortura, a través de dictámenes médicos psicológicos, basados en el Protocolo de Estambul, que fueron realizados por peritos independientes, la mayoría de las personas a las que se realizaron las pruebas aún están encarceladas, mientas que algunos ya están libres en Oaxaca, la Ciudad de México y Guerrero.
Policía Federal, Marina y Ejército, los señalados
La información señala como principales responsables a la Policía Federal, agentes de procuradurías estatales, al Ejército, a la Marina, así como médicos que intervienen en las sesiones para medir los signos vitales.
Entre los métodos de tortura documentados estuvieron golpes con armas, insultos, amenazas, humillaciones, presenciar la tortura de terceros, asfixia húmeda y seca, toques eléctricos, privación de estimulación sensorial, aplastamiento, quemaduras, tortura sexual y posiciones forzadas.
EL CCTI puntualizó que prevalecen dos contextos principales en donde se utiliza la tortura: primero, la que se aplica a activistas, líderes sociales, defensores y periodistas como instrumento de castigo e intimidación, de la criminalización de la protesta social.
Y segundo, la que se realiza a personas acusadas de pertenecer al crimen organizado, narcotráfico para obtener declaraciones auto inculpatorias.
Principales acusaciones y lugares de detención
Los delitos de los que fueron acusados principalmente fueron secuestro (35.4 por ciento), delincuencia organizada (25 por ciento) y homicidio (10.4 por ciento).
Respecto a los lugares donde ocurrieron la detenciones destacan la vía pública, con el 57.1 por ciento y en los domicilios, con el 30.6 por ciento.
Las principales secuelas detectadas fueron lesiones cutáneas, con el 60 por ciento; traumatismos, con más del 30 por ciento y fracturas, con el 10 por ciento.
Según el testimonio de los afectados, en el 40.82 por ciento de los casos las personas que los detuvieron portaban uniformes con identificación, mientras que en el 34.6 por ciento estaban vestidos de civiles.
Entre los síntomas que más presentaron las víctimas de tortura estuvieron trastorno por estrés postraumático, depresión, ansiedad, problemas de sueño, irritabilidad, sentimientos de culpa.
